“Ykuá resaý” (Manantial de lágrimas)

Ajenas a su destino, ese domingo 1 de agosto de 2004, en ese lugar de Asunción, el shoping Icuá Bolaños,  familias enteras estaban disfrutando del último día de vacaciones de invierno; una señora fue simplemente de paseo, otras, de compras. Aquel abuelo, para adquirir un regalo para su primer nieto que cumplía su primer año de vida.

Y más de una pareja habrá concertado una cita para prometerse amor eterno. O para reconciliarse…

Entonces, siendo cerca del mediodía, todos esos pequeños movimientos, alegrías, tristezas, aflicciones y arrebatos que lamamos vida, de repente, se pulverizan en el aire y se deshace en llamas, humo y horror. Y la desventura se abate, ardiendo, quemando sin control  cuerpos y sueños de los que cayeron en la trampa mortal.

La tragedia interrumpió el hilo de centenares de personas, sin miramientos.

Gritos, gemidos de heridos se entremezclaban, pidiendo auxilio para escapar de la muerte inminente. Pero nada, hasta las puertas de salida para una posible escapatoria, estaban inexplicablemente cerradas.

¿Inexplicablemente cerradas?

Afuera, la gente atónita, compungida e impotente, observaba el infierno. La denodada lucha de los bomberos para rescatar a los probables sobrevivientes, puso su acento de esperanza en ese terrible escenario. Los hospitales no daban abasto. Los remedios ni los equipos tampoco. Entonces llegaron las ayudas solidarias de propios y extraños para paliar las carencias.

Después, vinieron las listas de las víctimas, que a medida que pasaban los días se iban engrosando. Y cada familia que reconocía entre ellos a un pariente o algún amigo, se deshacía en lágrimas de dolor y rabia, que eran compartidas por todos los habitantes de la ciudad desolada.

El mundo entero quedó conmovido ante tan horrenda desgracia.

Y,  aunque se ajusticie a los culpables, nadie podrá hacer revivir a los muertos…

Ocurrió en un día, pero sus huellas no se borrarán jamás de la memoria.

Hoy, sólo nos queda rezar por el eterno descanso de sus almas.

(El incendio del supermercado Ycuá Bolaños segó la vida de 400 personas. Nueve desaparecidos, 500 heridos, más de 200 huérfanos y miles de familiares que siguen llorando a sus muertos)

(Publicado en “Paraguay ñane retã” en agosto de 2004 / 2008 /2010 y 2019)

La Secretaría Nacional de Cultura del Paraguay (SNC), a través de las resoluciones 161 y 162, el 14 de marzo del 2017, declaró “Sitio de Memoria al ex Supermercado Ycuá Bolaños y su entorno inmediato”, así como bien patrimonial de valor cultural al acervo de los bienes muebles del mismo, en el marco de las disposiciones establecidas en la Ley N° 5621/16 de Protección del Patrimonio Cultural. 

La consrucción de esta obra llevó más de una década siendo inaugurada   abierta al público recién en este mee de agosto de 2022

 

 

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