Mitos sobre la historia paraguaya – (Parte 2)

Por Enrique Cosp (*)

A continuación publicamos la segunda parte de esta nota de divulgación histórica, con la aclaración de que lo escrito no pretende ser una verdad irrefutable. En cambio nos gustaría que genere sobre el tema un debate más profundo y que  haya quienes puedan contrastar estos datos con otros.

5. Partido Liberal, partido de legionarios. Partido Colorado, partido de lopistas.

El Partido Colorado y la dictadura de Alfredo Stroessner se encargaron de inyectarle combustible a este mito hasta que cobró vida propia y empezó a repetirse como verdad incuestionable durante décadas.

Es propaganda política que buscaba por un lado darle brillo a Stroessner y a su partido, retratándolos como el bando de los patriotas, los herederos de los héroes nacionales, de Francia, de los López y de Bernardino Caballero, mientras los liberales eran proyectados en el imaginario colectivo como los herederos de aquellos paraguayos traidores que vinieron de Argentina durante la Guerra de la Triple Alianza, para ayudar a los invasores a someter al Paraguay con la tan famosa y tan despreciada Legión Paraguaya.

Realidad: hubo una importante cantidad de legionarios de ambos partidos como fundadores, como también hubo una importante cantidad de veteranos del ejército paraguayo en ambos partidos. José Segundo Decoud, quien fue junto con Bernardino Caballero el mayor protagonista de la fundación del Partido Colorado y considerado su padre intelectual, si bien no participó personalmente en la Legión Paraguaya, si lo hicieron varios miembros de su familia (padre y hermanos) y él fue siempre un rabioso antilopista y admirador de la causa de los legionarios, a la cual consideraba como una causa libertadora. También Bernardino Caballero lanzó un manifiesto en Paraguari en 1872 en el cual calificaba a los López como tirano.

6) Los liberales entregaron el Chaco a los bolivianos.

“Ganamos la guerra pero perdimos territorio”. Frase clásica sobre la que se pretende sostener este mito. Tres consideraciones rápidas sobre el tema:

a– Si bien se puede decir que Paraguay ganó la Guerra del Chaco, ya que ganó casi todas las batallas y obligó a las fuerzas bolivianas a retirarse, cabe señalar que en los últimos momentos de la guerra, Bolivia había frenado el avance paraguayo en Villamontes y había obligado a las fuerzas paraguayas que habían cruzado el Río Parapití a emprender la retirada hacia el sur. Cuando se suspendieron los disparos en 1935, Bolivia no se había rendido y todavía no había sido derrotada.

Tratado Benítez-Ichazo (1894). Tratado propuesto a Bolivia durante la hegemonía colorada, donde se puede apreciar que Paraguay quedaría con mucho menos Chaco del que tiene hoy

b– Independientemente de cómo hayan estado las cosas en el campo de batalla al terminar la guerra, es cuestionable el pensamiento de muchos, que consiste en que como ganamos la guerra automáticamente nos corresponden más tierras. Si la cuestión tendría que basarse solamente en quién ganó, hoy el 100% del territorio paraguayo debería ser de Argentina y Brasil. En verdad, con la excepción de algunas zonas en las que ya existían algunas poblaciones paraguayas (y algunas colonias menonitas bajo bandera paraguaya), la mayor parte del Chaco era un gigantesco desierto que hasta ese momento no le pertenecía a ninguno de los dos países, no había paraguayos y bolivianos viviendo en el territorio por el cual se mataron durante 3 años. Se generó una situación muy desprolija y confusa con respecto a los límites fronterizos cuando los americanos decidieron separarse de España, y esa situación tendría que arreglarse necesariamente mediante el acuerdo de todas las partes.

c- Los acuerdos que intentaron hacer los gobiernos colorados que estuvieron antes que los “entreguistas liberales”, de haber sido aprobados por el Congreso le habrían concedido a Bolivia muchísimo más territorio que el le otorgó el Tratado de Paz de 1938. Entonces, la propaganda colorada en realidad atacó sistemáticamente a los liberales por aceptar que los bolivianos tengan mucho menos territorio chaqueño del que los presidentes y ministros colorados pretendieron cederles.

7) Paraguay existe porque el Mariscal López resistió hasta Cerro Corá.

Ya me ocurrió innumerables veces que al participar en una conversación sobre el Mariscal López (conversación casi inevitable si hablas de historia en este país), alguien acaba diciendo algo como: “es gracias al Mariscal López que Paraguay sigue existiendo y hoy no somos argentinos ni brasileros”.

Es una afirmación a la que se le debe oponer esta pregunta: ¿Por qué? ¿Por qué la actuación de Francisco Solano López salvó la independencia del país? ¿El famoso “muero con (o por) mi patria” fue acaso un conjuro mágico que impidió a las fuerzas aliadas anexar el país? Hay un hecho triste pero ineludible que tenemos que recordar: PARAGUAY PERDIÓ LA GUERRA. Y jamás ha sucedido en la historia de la humanidad, que perder una guerra le haya sido útil a un país para conservar su independencia.

Monumento al Mcal. López en Asunción

En marzo de 1870 los aliados habían vencido completamente toda resistencia paraguaya, después de 5 largos y difíciles años, se paseaban por el país y podían hacer lo que querían sin que nadie se les ponga en el camino. ¿Por qué no anexaron todo el país como parte de sus propios territorios? Finalmente alguien se les puso en el camino: ellos mismos.

Brasileros y argentinos, quienes eran agua y aceite antes de la guerra, retomaron su larga y vieja rivalidad una vez que el enemigo común fue vencido, y se dedicaron a sabotearse entre sí. Brasil violó el Tratado de la Triple Alianza, que estipulaba que tenían que ponerse de acuerdo entre todos los aliados para acordar la paz y límites con Paraguay y no hacerlo cada uno por separado, y firmó por su cuenta un tratado con Paraguay en 1872 (Tratado Loizaga-Cotegipe), para luego dedicarse a trabajar para que Argentina consiga la menor cantidad de territorio paraguayo posible.

Habían acordado que Argentina se llevaría casi todo el Chaco; pero a la hora de la verdadBrasil se puso del lado de Paraguay y finalmente tuvo que conformarse con llevarse solo un pedazo de la torta (hasta el río Pilcomayo). Y el Imperio del Brasil pretendía hacer lo mismo con la que hoy es la provincia argentina de Misiones -¿se acuerda de San Martín y Yapeyú?-, pero los gobernantes paraguayos se apuraron en ceder el territorio a Argentina, lo cual motivó el disgusto brasilero. Obviamente Argentina tampoco quería que Brasil crezca mucho a costa de territorio paraguayo.

Entonces el Estado paraguayo se mantuvo débil y reducido, pero independiente después de la guerra, porque al igual que el Estado uruguayo, este servía como “estado tapón” para que los rivales argentinos y brasileros no compartan mucha frontera en común entre ellos.

Estas versiones, en comparación con los mitos presentados, son menos románticas y tal vez menos apasionantes, menos estimulantes para el ego nacional y seguramente hasta resultarán desagradables para muchos; pero cumplen con la misión que tiene el estudio de la historia, que no es dar satisfacción a los apetitos que tiene la imaginación con respecto a cómo nos habría gustado que sea la historia, sino la de dar fiel relación de cómo eran las cosas en los días que se sucedieron antes de que nosotros posemos nuestra mirada sobre este mundo.

http://prensalibreya.blogspot.com.ar(*) www.reflexiopolis.wordpress.com (publicado en diciembre 2014)

Notas de Redacción:

a) Omitimos deliberadamente publicar tres mitos que contenía el artículo: 1) Israel existe gracias a Paraguay, 2) La Guerra del Chaco fue ganada con machetes y 3) “Con Stroessner no había crimen” que puede leerse en reflexopolis.wordpress.com y en el que los lectores han dejado –y siguen dejando- una serie de opiniones reveladoras y enriquecedoras.

 b) Aunque este sitio tiene su correlato en Facebook, no respondemos ningún comentario hecho por los lectores a través de esa vía. Mucho menos los que no guardan las formas, como por ejemplo uno referido a la nota “Mitos de la historia Paraguaya”, parte 1

 

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