Este título podría revertirse: “invictos pero de carambola”. Pero no dudamos que lo que quedará indeleblemente grabado en la cabeza de los perros (lo mitã) es: “invictos”.
Nosotros, apoltronados en nuestra confortable hamaca paraguaya debajo de una planta de mango, ya habíamos decidido no comentar la manera en que –mal o bien- la selección guaraní llegó a los cuartos de final.
Pero el clamor popular que se respira, expira e invade el corazón de la recontra sufrida hinchada, nos hizo elucubrar este artículo que –seguramente- algún desprevenido también leerá.
Es que los dos últimos partidos contra Jamaica y Uruguay, semejaban, parecían, eran, lo que en castellano se los denomina partidos de potrero y en nuestro dulce idioma guaraní, “partidos so’ó”, en los cuales los pysãtongos suelen poner muchas ganas, sudar la camiseta, protestar contra el refere “bombero”, pero de fútbol nading, nada de nada, nákore.
Y ese montón de no-atributos es lo que los periodistas futboleros llaman “los imponderables del fútbol”. ¡Ñandejára!
En fin, ahora sólo nos resta esperar que en los cuartos de final de la Copa América ganarles a los rapai e intentar llegar a la final para que, si utópicamente salimos campeones, ponernos inmediatamente a rezar para que la Connmebol tenga disponible el “efectivo mí” para pagar los premios a los que, tan gallardamente, nuestros profesionales del balompié han obtenido.
