El expresidente Fernando Lugo criticó, en entrevista con Efe, el «derroche» de medios de los dos grandes partidos en la campaña y alertó de que el ambiente se está enrareciendo y es necesario «asegurar las elecciones».
Para el exmandatario, que encabeza la lista como candidato a senador por el Frente guasu, aseguró que lo que gastan los partidos tradicionlaes en sus campañas no se condice con la realidad del pueblo paraguayo.
Lugo, que ha acompañado en campaña al candidato presidencial del Frente Guasú, Aníbal Carrillo, criticó que la prensa apenas haya dado cobertura al «movimiento político que más ha estado en el interior del país», en contacto con el electorado, aunque confió en conseguir suficientes legisladores como para «desempeñar, como oposición, un rol significativo».
Hay «un cerco mediático. El Frente Guasú no somos noticia (…) y el acabose de todo fue el debate de los candidatos a presidente», del que Carrillo también fue excluido, recordó.
El expresidente aseveró que el pueblo se resiente ya de la pérdida de los derechos conquistados durante su interrumpido mandato, como los comedores sociales o la salud gratuita, en un país de los más pobres de Latinoamérica y acostumbrado a una política clientelar.
«A la clase política tradicional de Paraguay le conviene que haya gente hambrienta, pobre, porque esa es la condición sin la cual ellos no tienen adherentes (…) A ellos les conviene que la gente lo pase mal para que se les pueda pedir a ellos, para que la gente les pueda rogar que les ayude», describió.
A juicio de Lugo, que cobró notoriedad política en sus tiempos de obispo de San Pedro (centro), la posibilidad de verse «desplazados» por otras fuerzas, progresistas, alertó a los partidos tradicionales y fue uno de los detonantes de su destitución.
«Creo que hay una gran conspiración de la oligarquía paraguaya, de las clases más pudientes, con los partidos políticos que responden también a esas clases más pudientes, (que) se han puesto de acuerdo para ejecutar este juicio sin juicio», observó.
Según Lugo, que en su momento acusó a Cartes de estar detrás del «golpe de Estado» contra él, éste se salió con la suya al dividir «la alianza natural» entre el PLRA y los grupos progresistas que «con facilidad» accedieron al poder en 2008 y, a la vista de los sondeos, puede conseguir que los colorados recuperen el poder.
El exmandatario no ocultó su desconfianza hacia el liberal Alegre, quien se declara «de centroizquierda», y mantuvo que el PLRA «responde a la clase más tradicional, conservadora y pudiente del país».
También se sumó al llamado de alerta que Cartes hizo la semana pasada, tras el acuerdo preelectoral entre el PLRA y la Unace del fallecido Lino Oviedo, que garantiza a ambos el control de las mesas electorales con dos de tres apoderados.
«Ellos pueden decidir dos contra uno quién vota y quién no vota», bastaría con rechazar un carné de identidad «dañado» o negar que un votante esté en la lista, expuso.
El Partido Colorado, que estuvo en el poder seis décadas, «tiene oficio de tanto tiempo y tantas elecciones» y está «preocupado», comentó.
«El llamamiento que ellos hacen es el llamamiento que hacíamos nosotros hace tres meses: asegurar las elecciones», recordó, sin querer verbalizar la palabra «fraude».
El candidato Lugo se mostró en la entrevista menos sonriente de lo que solía ser el presidente Lugo, un hombre que «soñaba» con retirarse de la política y dormir sin madrugar el 16 de agosto de este año, cuando ya habría entregado el poder.
«Después del golpe hemos tenido un buen tiempo de silencio, de reflexión, de discusión» con el Frente Guasú, dijo sobre su decisión de postularse para el Senado.
«Soy un soldado de la democracia y no podía estar (…) en contraposición de lo que los compañeros están pidiendo en un momento muy difícil de la vida democrática del país», explicó.
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