Que no muela campela

Por Caio Scavone (*)

El 29 de enero de este año se abrieron los sobres para conocer a los licitantes que se interesaron en construir el asfaltado faltante del tramo de la Ruta nacional número VIII “Dr. Blas Garay” entre Caazapá y Yuty en el sexto departamento de Caazapá.

Si arrancamos desde el norte, la Ruta VIII parte desde San Estanislao en el departamento de San Pedro y llega hasta la sureña Coronel Bogado, comunidad componente del departamento de Itapúa, con una extensión total de 320 kilómetros.

Esta importante ruta podrá conectar el norte con el sur del país a través de un asfaltado completo atravesando la parte media de la Región Oriental. El tramo de los 320 km comienza en San Estanislao y pasa por Yataity del Norte (departamento de San Pedro), Mbutuy, Simón Bolívar, Carayaó y Cnel. Oviedo (departamento de Caaguazú), Yataity, Mbocayaty, Villarrica y Ñumí (departamento de Guairá), Caazapá, Maciel, Bertoni, Yegros y Yuty (departamento de Caazapá), José Leandro Oviedo, San Pedro del Paraná, Gral. Artigas y Cnel. Bogado (departamento de Itapúa). Pasa por 5 departamentos.

En San Estanislao la Ruta VIII conecta con la número 3 que va hasta Yby Yaú y ahí con la Ruta V que enlaza con Pedro Juan Caballero y Concepción. Hacia el sur, en Cnel. Bogado la Ruta VIII empalma con la Ruta I para vincularse con Encarnación y otras localidades itapuenses y misioneras. Los del Itapúa podrán descongestionar la colapsada Ruta I y viajar por este tramo hasta Villarrica y, por Paraguarí, llegar a la capital.

La capa asfáltica de esta ruta estaba cortada increíblemente entre Caazapá y Yuty, tramo que tiene un recorrido de 72,9 kilómetros. No hubo presidente de esta República que no haya mencionado entre sus proyectos viales a este necesario asfaltado. Lo prometieron desde Stroessner hasta Federico Franco, pasando por todos los otros que pisaron el Palacio de los López.

La empresa coreana Ilsung Construction Co. Ltd. fue adjudicada para pavimentar el tramo de los 72,9 kilómetros más los accesos en Caazapá, Maciel, Bertoni, Yegros y Yuty. Además los puentes necesarios sobresaliendo el de los 150 metros de largo a construirse sobre el río Pirapó, entre la comunidades caazapeñas de Fulgencio Yegros y Yuty.

El costo estimado es de 400.000 millones de guaraníes, algo así como 90 millones de dólares, suma que será amortizada con los bonos soberanos, y si son soberanos equivalen a aportes que son garantizados por el Gobierno paraguayo. El plazo de construcción y conclusión es de 40 meses, es decir para octubre del 2017.

Las empresas nacionales que quedaron fuera del concurso por no contar con los méritos, costos y aptitudes exigidos, lanzaron el crítico y protestón grito al cielo. La licitación fue pública e internacional y las empresas criollas tuvieron que morder la derrota y el polvo en que hoy se convirtieron las asquerosas rutas que hicieron a lo largo de varios años y a lo ancho de putrefactos contratos, condimentados con jugosos ajustes y acomodos.

Cuando transitamos por los tramos asfaltados vemos la repulsiva calidad que tiene la mayoría de nuestras rutas y la poca vida útil que le dieron a los caminos pavimentados. Es evidente que existieron arreglos vergonzosos y muy amigable$ entre las empresas constructoras y el Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones, ministerio que hizo más comunicacione$ públicas que obras.

Todas las comunidades afectadas por la Ruta VIII quedarán expectantes de su realización y de la buena calidad rutera y que no ocurra, una vez más, que la empresa oriental tarde años, gaste otros millones extras y nos entreguen otra porquería más.

Con tanta joda rutera realizada, agrandemos nuestros ojos de control ante este trabajo vial coreano para que no nos salgan después con el: ¡mulió campela…!

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