Por Felipe Goroso, enviado especial a la Argentina (x)
La provincia de Buenos Aires, la más importante electoralmente hablando, tiene un poco más de 12 millones de ciudadanos habilitados para emitir su voto en las elecciones que se desarrollan en la histórica jornada de hoy. Casi 700 mil de ellos constituyen el padrón de extranjeros, la cantidad de residentes extranjeros en condición de votar por ser ciudadanos bonaerenses, siendo el 5,50% de la mencionada provincia se ubica por la importancia cuantitativa, en un cuarto lugar entre las secciones electorales.
Las comunidades latinoamericanas se concentran en el conurbano y en La Plata, superando el 90% en esos territorios. Representan casi el 79% de los ciudadanos extranjeros en condición de votar haciendo un total de 526.288 personas, entre europeos y chinos suman casi un 15%, las demás nacionalidades suman números menores. Estos tres grandes grupos representan el 93,28% sobre el total. La de mayor porcentaje de incidencia es la paraguaya con 274.737 ciudadanos, un 41%; sí, leyó bien.
Los paraguayos somos la colectividad extranjera más importante de la provincia de mayor peso electoral de la República Argentina, y el informe al que accedimos solo hace referencia a quienes ya poseen la ciudadanía y pueden votar, no menciona a todos los demás paraguayos que viven y trabajan, pero aún no llegan a esta categoría. Y todavía hay quienes creen que lo que pasa en este país no debería afectarnos. Ilusos.
Ahora bien, este escenario es de un ida y vuelta: por un lado están los paraguayos residentes que ya saben de su importancia y peso electoral, al menos aquellos considerados referentes. De hecho, muchos de ellos son operadores o punteros, como se los conoce acá, de las distintas fuerzas políticas argentinas. Por el otro lado, están estas últimas, que dentro de un proceso que parecería más lento del que debería, ya ha tomado conciencia de la importancia que tiene la comunidad paraguaya a la hora de trabajar políticamente y adquirir músculo.
Sin embargo, poco se sabe de hijos de paraguayos que hayan nacido acá y que han accedido a cargos de relevancia política, son excepciones y muy esporádicas. A diferencia de países como Estados Unidos, que ha visto una situación similar con los latinos, pero donde ya puede verse que los apellidos latinoamericanos vienen ocupando cargos de relevancia en la vida política estadounidense.
Este es sin duda uno de los desafíos principales que tendrá la comunidad paraguaya en el período que se inicia en diciembre. Una de las condiciones irrenunciables para alcanzarlo será articular la unidad de todos los paraguayos y sus hijos de manera de poder acceder a poseer representantes que lleven su voz y necesidades en las diferentes instancias de gobierno nacional, provincial y municipal.
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