El MEC contra el guaraní

Miguel H. Lopez (*)

Las lenguas son síntesis de cultura porque a través de ellas se representa el mundo desde una mirada específica con todo su bagaje de idiosincrasia y ciencia. Por eso, el prolongado despropósito que el Ministerio de Educación y Cultura (¿?) con sus sucesivos ministros acometen contra el guaraní debe llamar a profunda reflexión y alertar de que un patrimonio cultural inmaterial identitario y milenario está puesto oficialmente bajo amenaza.

Por estos días, el Ateneo de Lengua y Cultura Guaraní hizo correr una extensa queja advirtiendo una serie de actitudes, compromisos falsos y medidas perjudiciales contra uno de los idiomas oficiales de Paraguay. Al mismo tiempo, reiteraba reclamos sin respuestas a la instancia educativa del Estado encargada de «afianzar» el aprendizaje de la lengua autóctona.

A nadie es extraño que la incorporación del idioma guaraní a la malla curricular dela Escolar Básicay la Media fue un hito importante. Sin embargo, lo que muy pronto todos advertimos fue que en realidad se enseña/ba más bien a odiar la lengua antes que amarla; aparte de provocar progresivamente su desnaturalización y bastardeo. De esto podemos dar fe quienes estuvieron en el proceso y los padres que nos angustiamos con las peripecias de nuestros hijos ante el idioma en aula, aún siendo su lengua materna el guaraní. Simplemente no entienden. Otro tanto ocurre en algunas carreras universitarias.

El problema no es menor y empeora. La mayoría de los docentes que ingresan progresivamente al sistema para «educar» en el idioma materno a veces son más limitados que los propios estudiantes. Conocemos de casos en donde los propios alumnos se pasan corrigiendo en el buen hablar a sus profesores de guaraní, que a veces no sostienen un diálogo de una oración sin involucrar el castellano.

El MEC sigue su rumbo errático en el tema. Pese a los reclamos, en el año 2010 el estudio del idioma fue casi eliminado dela Media. Desapareciódel 3.º curso. Con esto se redujo la carga horaria, el tiempo, el proceso y todo fue peor. Si era mediocre la enseñanza, ahora es catastrófica. Si en varios años por lo menos dilucidaban 5 cosas de la lengua, ahora ni se enteran de 2 asuntos; y si de profundidad hablamos, simplemente sería como arrojar una piedra plana sobre la superficie del río.

A esto se suma la pésima calidad de los materiales de aprendizaje. Conceptos mal planteados, palabras mal escritas, confusión de grafía, estructura desnaturalizada y, finalmente, el uso del jopara antes que las variantes reales del léxico guaraní con su rica metáfora y sus onomatopeyas.

Ojo, solo estoy hablando de la educación occidental,la nuestra. Cuandode educación indígena se trata, el problema se quintuplica porque ni siquiera se respeta la pedagogía propia ni la historia del pueblo originario y menos sus usos, costumbres y tradiciones, incluyendo su idioma ancestral.

El MEC está destruyendo el guaraní. Si bien este es un idioma de mucha fuerza oral en su aprendizaje, se prioriza la gramática, muchas veces porque quienes la enseñan solo saben estas reglas y desconocen la esencia de la lengua, sus giros, figuras, dimensiones y proyección creativa. Con esta descomposición del idioma también se diluyen los límites de la geografía de la identidad que encierra. No debe extrañar que tal vez la idea sea justamente esa. La historia recuerda varias iniciativas que buscaron borrar al guaraní.

Si bien este problema es de larga data, aún cuando la Constitución consagra al guaraní como idioma oficial, no deja de tener vigencia la frase: Nadie ama lo que no conoce ni entiende. Tal vez al ministro Riart le haría bien vivir unas semanas entre campesinos e indígenas para entender el verdadero valor del idioma. Ajépa

(*) ultimahora.com

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