“El Congreso paraguayo nunca trató oficialmente el ingreso de Venezuela, sólo lo negó en voz alta”

Por Natalia Aruguete y Bárbara Schijman (ver nota completa en  www.pagina12.com.ar )

 Para evitar prácticas clientelares, el ex presidente Fernando Lugo no pudo capitalizar las políticas sociales de su gobierno, afirma Luis Ortiz Sandoval, investigador social paraguayo, quien también analiza la legitimidad del ingreso de Venezuela al Mercosur.

–¿Cómo analiza la situación política y social de Paraguay, después del golpe institucional al ex presidente Fernando Lugo?

–El clima es muy tranquilo. Yo hubiera esperado mayores movilizaciones por la ruptura de un proceso político que, con sus virtudes y defectos, apuntaba a culminar el mandato de un gobierno cuyo signo político era diferente al que gobernó durante 32 años. No hubo una movilización importante por parte de la población, ni siquiera de quienes adherían al proyecto político que encabezaba Lugo.

–¿Por qué cree que la gente no se movilizó?

–Eso habla de dos cosas. En primer lugar, aquellos que eran contrarios a la destitución son una parte minoritaria: las clases medias de las grandes ciudades, las clases medias-bajas (especialmente de Asunción, que son quienes se movilizaron) y una parte importante de la población rural, que no se movilizó por razones logísticas. En segundo lugar, esta situación muestra una gran responsabilidad de los sectores de izquierda, que en estos cuatro años de gobierno de Lugo han sido demonizados y estigmatizados. Las manifestaciones que se dieron los días próximos a la destitución fueron pacíficas y se realizaron en torno ala Plaza Congreso. Yposteriormente continuaron alrededor de la televisión pública, que era un espacio de gran valor simbólico para los sectores socialdemócratas, ya que la TV pública es un proyecto básicamente instaurado por Lugo, y esos sectores veían necesaria la democratización de la comunicación en un país donde los medios de comunicación y los grupos empresariales tienen no sólo el oligopolio de los medios sino, también, del discurso legítimo. Pero más allá de esto, la política sigue su curso.

–En términos de construcción política, ¿qué le faltó al ex presidente Lugo para contar con un mayor respaldo popular?

–Cuando hablo del grado de responsabilidad me refiero a la situación actual y al gran fantasma, si en aquellos días la izquierda y los sectores populares se hubieran levantado o creado un clima de tensión social muy fuerte. En otro sentido, la responsabilidad –la implementación de una serie de políticas por parte dela coalición Alianza Patrióticapara el Cambio, que eran esperadas– fue a medias. Hubo voluntad de desarrollar políticas sociales que atendieran a la necesidad de bienestar por parte de la población más desfavorecida. Sin embargo, no hubo una capitalización política de las mismas, que por cierto fueron muy tímidas. Y esto es paradójico, porque en Paraguay este tipo de políticas ha sido acompañado por un contenido clientelista muy fuerte de los partidos tradicionales, fundamentalmente del Partido Colorado (PC). La gran cuestión es la manera en que el gobierno de Lugo implementó las políticas sociales. Para apartarse del carácter clientelista que las políticas sociales han tenido durante veinte años, el ex mandatario no capitalizó las políticas que ejecutó.

–¿Qué implica que no las haya capitalizado?

–El sentido de asociar el proyecto político –y la lógica detrás de estas políticas sociales– con políticas de la izquierda, con logros del gobierno, para que en elecciones posteriores pudieran sostener ala Coalición. Huboproblemas de comunicación muy fuertes: se implementaron políticas que no se capitalizaron y tampoco se comunicaron de manera clara y amplia los logros de su política. Por otra parte, hubo también un error en cuanto a que no se apuntó a fortalecer las bases sociales de apoyo a este proyecto socialdemócrata.

–¿Qué diferencia a las políticas de Lugo de una metodología clientelar?

–Estas políticas estuvieron enmarcadas desde un enfoque de derechos, eso fue clarísimo. Es la primera vez que se implementan políticas públicas orientadas a los sectores más desfavorecidos de la población con un enfoque de derechos, según el cual cada uno de los individuos y de las familias pueden acceder a determinados servicios,e incluso atransferencias monetarias por el hecho de ser ciudadanos, y no por pertenecer a tal o cual partido, o ser leal a tal caudillo local. A eso, Lugo lo marca. Claro, la prensa lo presenta como un enfoque de derechos porque no podía negarlo, pero dice que, en cualquier momento, Lugo y sus partidarios convertirán esto en un mecanismo clientelista. La prensa siempre amenazaba con eso. Es decir, ponía en tela de juicio el carácter ciudadano que tenían estas políticas. Por eso digo que es algo paradójico: porque lo que habría esperado un sector de partidarios de Lugo es que lo capitalizara en sentido clientelista. Y de hecho algunos partidarios de Lugo, como también algunos cercanos a él en el Parlamento, han implementado medidas clientelistas, como el reclutamiento en la función pública de diferentes allegados ala izquierda. Estopasó también, aunque no fue la constante, ni lo predominante.

–¿Qué significa que una política pública tenga una orientación ligada a un “enfoque de derechos”?

–El supuesto que yacía detrás de esto, sobre todo para varios sectores de clase media e intelectuales, era que la expansión de servicios (como las transferencias monetarias) estaría condicionada, por ejemplo, a que las familias enviaran a sus hijos a la escuela o que fueran al centro de salud al menos una o dos veces al año. La izquierda, el sector que claramente se distingue de la oligarquía, está capitalizando estas políticas más cercanas a una reivindicación de derechos de ciudadanía que clientelares, con el objetivo de que se tengan en cuenta en elecciones generales posteriores. Por eso creo que no hay mal que por bien no venga, porque si el gobierno de Lugo hubiera finalizado su período –más allá de que es una pena lo que sucedió–, habría terminado muy desgastado.

–¿Por qué?

–El golpe institucional le da a Lugo y al sector de la izquierda un viso de víctima. Por eso puede capitalizarse. Por simple descontento con la derecha y por cómo se hizo el golpe, es muy probable que en las próximas elecciones muchos vayan a votar ala izquierda. Yesto tendría que capitalizarlo, y utilizar la comunicación de una manera que no supo previamente. Porque no lo hizo, aun cuando tenía los medios y la capacidad institucional y técnica para hacerlo.

–¿Por qué no lo hizo entonces?

–Es difícil responder por qué no lo hizo o por qué no supo comunicar los logros de sus políticas. Porque tuvo errores, pero también logros, como las políticas en salud pública (sobre todo la vinculada con “Atención Primaria de Salud”). Por primera vez en Paraguay se instaló la salud pública gratuita con un enfoque territorial a partir del cual muchas familias que en su vida habían visto un médico, sí lo vieron en ese período gubernamental. Veían al médico al menos una vez por mes y tuvieron la posibilidad de acceder a medicamentos gratuitos. Eso se dio en todo el territorio de la república. Fue una marca registrada del gobierno de Lugo. Otras cuestiones positivas han sido las transferencias condicionadas o el tema de la protección de la infancia, a través del programa Abrazos. Además hay logros que venían del anterior gobierno colorado y Lugo los expandió.

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