Quiénes ganan y quiénes pierden

Estela Ruiz DíazPor Estela Ruíz Díaz (*)

Las primeras internas simultáneas se realizaron sin inconvenientes y sin registrarse una sola pelea entre simpatizantes de los partidos políticos. Colorados, liberales, izquierdistas e independientes se cruzaron el mismo día, cada quien votando a su candidato. Hubo, como es habitual, escaramuzas entre seguidores de un mismo partido, ya que el pleito que se definía era aún interno.

Por tanto, la experiencia electoral resultó exitosa y podría reprisarse como fórmula para combatir el excesivo electoralismo.

En estas internas se eligieron candidatos a intendentes que pugnarán en noviembre. Algunos partidos renovaron la presidencia y sus resultados definieron posiciones y liderazgos.

Blas llano y Cartes 02-08-15PLRA, cada vez más gris. Siempre lento en su conteo, el tribunal partidario confirmó la participación estándar de los liberales en sus internas, no más el 35%. El dato llamativo es la derrota de los candidatos del llanismo frente a una alianza de los diputados rebeldes liderados por Pakova Ledesma, Víctor Ríos, Antonio Buzarquis y otros.

Serán varios los factores de este nuevo escenario que golpean a Blas Llano, entre los que no se puede descartar su apoyo acrítico a Horacio Cartes. Los resultados obligarán al presidente liberal a definir el rol del tipo de oposición que hará el PLRA de cara al gobierno. Si sigue en la misma senda o sumará fuerzas para fortalecer al G15, junto con el luguismo.

 

LA IZQUIERDA. Los sectores socialistas van por cuerdas separadas. La pugna se da entre Mario Ferreiro y Fernando Lugo. El ex presidente retacea el apoyo del Frente Guasu al comunicador, que tiene el apoyo liberal y de un sector de la izquierda, y postula al independiente Ricardo Meyer.

Lugo no apoya a Ferreiro por una simple razón: es el único que le puede disputar el liderazgo de la izquierda y si gana en Asunción se convertirá automáticamente en presidenciable con el indiscutible peso que solo otorga una victoria electoral.

LA ANR. En el partido de gobierno el escenario es más complejo, y van más allá de los resultados.

En cuanto a la pelea por la presidencia de la Junta de Gobierno, que enfrentó a Horacio Cartes (a través de Pedro Alliana) con los senadores (G15), liderados por la dupla Mario Abdo Benítez/Juan Carlos Galaverna, el presidente de la República ganó la pulseada. Del millón de votantes, Cartes llevó 507.000 y Marito, 394.000. El oficialismo se había puesto una meta de una diferencia de al menos 200.000 votos. Pero Cartes no logró su objetivo de “aplastar” con votos a sus adversarios y con ello corroer la fuerte oposición en el Senado.

Marito sabía que no ganaría las elecciones, pero su objetivo era perder por el menor porcentaje posible. Hábilmente convirtió su derrota en victoria moral. Y para demostrar al presidente que la guerra continúa, en una actitud inmadura (porque el triunfo de Alliana es indiscutible), rompió la tradición democrática de llamar al vencedor.

Cartes puede seguir presumiendo de su liderazgo en el partido ganado a platazo limpio, como confesó sorpresivamente en el acto del triunfo. Lo que se dice un bumerán: con esa declaración pretendía demostrar que por primera vez no se usó dinero del Estado en la campaña, sino su billetera personal. Un secreto a voces, pero que contado en primera persona es muy impactante. Además de vaciar de contenido el más alto símbolo de la democracia que es la votación, redujo a sus operadores a simples mercancías.

Con la victoria, tiene el control partidario porque si bien Marito logró una buena performance electoral, el cartismo tiene la mayoría en la Junta de Gobierno. No es para menos.

En cuanto a las intendencias, la mayoría responde al oficialismo. El poder de Marito se limita al Senado donde aliado con la izquierda y algunos liberales le dará dolor de cabeza al Gobierno.

Esta elección también definió otros pleitos, como la guerra Galaverna-Lilian Samaniego. La presidenta del partido, según datos preliminares, tuvo una victoria amplia, incluso mayor que la de Alliana sobre Marito. También se menciona que Julio Velázquez perdió todas las candidaturas. Si se confirman los datos, será un golpe letal para el senador cuyo poder radicaba en su capacidad movilizadora.

LO QUE SE VIENE. Si bien Cartes resolvió un problema interno con la elección, sin embargo, no desactivó la dura oposición del G15. Deberá negociar si quiere limar asperezas porque hasta ahora la soberbia campea en ambos bandos.

En cuanto a su gobierno, la mentada gestión sigue en expectativa. Sus mismos aliados admiten que hay que oxigenar el Gabinete. El sector político ya tiene los nombres de los que deben irse; pero su visión choca con el entorno empresarial de Cartes que pisa fuerte en el Gobierno.

(*) ultimahora.com

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