Las cosas que odio de ti

Estela Ruiz DíazPor Estela Ruiz Díaz (*)

 

Más que ningún otro partido político, los colorados tienen la peculiar característica de pasar del odio al amor en tiempo récord, sobre todo cuando hay elecciones nacionales en puerta que pongan en peligro el triunfo del partido.

las-cosas-que-odio-tiSi bien el 26 de julio hay una pulseada por el poder partidario entre Horacio Cartes y el senador Mario Abdo Benítez, cuyo telón de fondo es el 2018, en noviembre hay elecciones municipales que requieren una rápida cicatrización de las heridas que dejarán las internas por la Junta de Gobierno.

Pero más allá de esa capacidad única colorada de poner al partido por encima de las diferencias internas, hay temas que el presidente no olvidará o le llevará mucho tiempo digerir. Los que lo conocen dicen que es rencoroso y que ceder es una palabra que le cuesta conjugar. La semana pasada avisó a sus adversarios que los va a tener enfrente “al costo que fuera, pero no me voy a humillar ni me van a marcar”. El viernes fue más duro y apuntó hacia Julio Velázquez y Juan Carlos Galaverna.

El Grupo de los 15, liderados por Marito, le “tocaron la oreja” al presidente con algunas decisiones, en alianza con el Frente Guasu, de Fernando Lugo; el PDP, de Desirée Masi y el liberal Carlos Amarilla.

Y aunque se repita la costumbre republicana de volver a ser uno tras las internas, de las muchas diferencias que se apuntan hoy, hay decisiones que al presidente le costarán digerir… y olvidar:

LEY DE APP. Uno de los emblemas del gobierno es la Ley de Alianza Público-Privada. Era la impronta del presidente empresario. El proyecto pasó de fino ambas cámaras, cuando el G15 no existía y los colorados vivían en armonía. Tras la ruptura, los senadores disidentes no tuvieron empacho en borrar con el codo lo que firmaron con la mano y prestaron su voto a la izquierda que logró la modificación de la ley recortando poderes al Ejecutivo en materia de concesiones. El proyecto, que no será aprobado porque en Diputados hay mayoría cartista y además como último recurso queda el veto, sin embargo, provoca incordio al Ejecutivo que debe redoblar esfuerzos para evitar fugas en la Cámara Baja.

En política, las lealtades cotizan más alto cuando las mayorías empiezan a encogerse.

IMPUESTO AL TABACO. El mayor negocio empresarial de Cartes es el cigarrillo, que paga ínfimos impuestos en el país. La izquierda dio otro golpe al imponer su proyecto de aumento del gravamen. No lograron elevar al 50% como pretendían, pero con el clave apoyo del G15 obtuvieron el 20%. Las tabacaleras hoy pagan apenas 13% y aunque en Diputados hay mayoría para el rechazo, habría orden de dejar pasar porque sería muy políticamente incorrecto vetar este asunto. Pero Cartes no olvidará que le achicaron la billetera, que fue clave para el retorno colorado al poder. Sin duda, un duro golpe al pulmón presidencial.

JUICIO A LA CORTE.. Una de las jugadas más audaces del presidente fue enjuiciar a tres ministros de la Corte Suprema (César Garay, Sindulfo Blanco y Miguel Bajac). Un tema que generó divisiones insospechadas en los liberales y colorados. Sin tener un as bajo la manga, el presidente jugó esta arriesgada carta muy discretamente. En diciembre, los diputados aprobaron el juicio político sin muchas convicciones.

En Senado, incluso antes de la ruptura colorada, ya había diferencias en la bancada que complicaban la sesión para votar la destitución. Con el quiebre oficialista tras la decisión de Cartes de elegir a Pedro Alliana como candidato, dejando de lado a Mario Abdo, el tema quedó en el freezer y los tres ministros (un colorado y dos liberales) siguen en el corredor de la muerte sin fecha de ejecución.

Son varios los temas que pusieron frente a frente a Cartes y Marito y que provocaron la molestia del mandatario. Como la interpelación a sus más mimados funcionarios, Francisco De Vargas y Luis Rojas, la expropiación de 11.000 hectáreas al rey de la soja, Tranquilo Favero, (rechazado por Diputados) o los discursos de campaña donde su ex aliado lo califica de “gran kuñaí” o de “emocionalmente inestable”. O la elección de Marito como presidente del Congreso y ante quien debe rendir cuentas el 1 de julio en su informe anual. Ya lo dijo Julio Velázquez en tono amenazante: “Lo pusimos en la línea de sucesión presidencial”. Un comentario que puede pasar desapercibido, pero que prende luces de alarma teniendo el antecedente aún humeante de la destitución de Fernando Lugo.

Todo esto puede olvidarse, pero esos tres puntos citados (APP, juicio político e impuesto al tabaco) calaron hondo y no serán olvidados muy fácilmente.

EL ESCENARIO QUE SE VIENE. Una encuesta publicada por este diario muestra que el candidato presidencial supera con comodidad al líder de la disidencia. Si se mantienen los guarismos, cuya tendencia es difícil revertir, Cartes habrá ratificado su liderazgo controlador en la ANR.

Resta saber qué sucederá tras las internas: si el G15 se mantiene unido, Cartes tendrá problemas más allá de su victoria electoral. Si se desintegra y la mayoría retorna al oficialismo aceptando los resultados, quedará como un simple berrinche momentáneo.

Cualquiera de los dos escenarios exige un gran liderazgo presidencial.

Y eso también se sabrá después de las internas.

(*) ultimahora.com

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