La educación universitaria de a poco se va convirtiendo en un privilegio al que solo unos cuantos pueden acceder. En este artículo te contamos cuáles son los gastos mínimos que tienen los universitarios mensualmente.
Los últimos tres años, la educación de nuestro país se ve fuertemente aplastada por la arrogancia, corrupción y desinterés de los representantes de turno en la cartera de Educación. Tanto así que Enrique Riera concluyó su mandato al frente del MEC y finalmente terminó aceptando que el sistema educativo de nuestro país necesita con urgencia una reestructuración, para culminar con la frase que condenaría todo su trabajo: «Podemos buscar culpables de la situación o aprovechar la crisis para hacer un análisis profundo y empezar a preparar proyectos para mejorar la calidad educativa del país».
El Estado invertirá un total de USD 1.100 millones en educación para el 2018, con el que se intentará paliar las necesidades que presentan la mayor parte de las instituciones del país, solo un 3,5 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), haciendo que la decadencia cultural siga acrecentándose desde los cimientos del sector de la formación inicial de los niños.
Por otra parte se encuentra la educación universitaria, que se ha vuelto un lujo para unos cuantos. Estudiar en la Universidad Nacional de Asunción (UNA), así como en cualquier universidad privada del país, requiere una gran inversión de parte de los jóvenes.
Las carreras como Medicina, Ingeniería, Veterinaria y otros, son de vital importancia para el Estado, también son extremadamente caras, y no permiten que las personas de escasos recursos con mentes privilegiadas puedan acceder a ellas. Finalmente, si logran ingresar y ser parte de la carrera por medio de becas, deben mantener los mejores promedios para permanecer. En algunos casos, estos estudiantes deben de abandonar su carrera para vivir la realidad familiar y ponerse a trabajar.
Hoy día ser parte de la UNA, no significa tener las mejores calificaciones o concluir los estudios con una superioridad sobre otras universidades, la realidad es que solo unos cuantos pueden acceder a los horarios ajustados que la misma ofrece y los gastos propios de cada carrera. Teniendo en cuenta que estos jóvenes ya pertenecen a la universidad, deben de pasar horas estudiando para mantener su estadía en la misma, creando una total dependencia de sus padres, hermanos y otros.
Los alumnos de la UNA tienen gastos mínimos como:
(Gastos mínimos, que excluyen los pasajes del bus diferenciado y en salud, que siempre vienen de la mano ante situaciones de estrés por estudio.)
Sin tener en cuenta a las facultades que cobran mensualidades y derecho a exámenes. Esta es una realidad latente, que en las filiales del interior del país se vivencia de la misma forma, hasta podríamos decir que peor.
Además, hay que contemplar a aquellos jóvenes que se aventuran a ingresar a una carrera universitaria, que al culminarla puedan generarles ingresos inmediatos para posteriormente poder acceder a los estudios que en verdad desean realizar.
Por otra parte se encuentran los jóvenes que no pudieron acceder a los beneficios de pertenecer a la UNA, ya que deben trabajar y aportar a sus hogares. (Además, esto responde al tabú de que sólo aquellos que no pudieron ingresar a la UNA, van a una universidad privada)
La mayor parte de la población estudiantil sólo percibe el salario mínimo o apenas un poco más que eso. Haciendo cuentas, para un joven que gana mensualmente el salario mínimo, estos serían sus gastos básicos.
(Gastos mínimos, que excluyen los pasajes del bus diferenciado y en salud, que siempre vienen de la mano ante situaciones de estrés por estudio. Así también, estos valores están sujetos a aquellas carreras que tienen un menor costo, tanto en la UNA, como en las universidades privadas. Sin tener en cuenta los materiales, libros descuentos de IPS etc.)
Estos gastos también se presentan en alumnos de la UNA que gracias a la flexibilidad de horarios de la facultad a la que pertenecen, pueden acceder a un trabajo.
Resumiendo, para llegar a ser un profesional capacitado, con una buena formación y un título universitario de la UNA o cualquier universidad privada, no es una tarea fácil para nadie, ya que la educación se encuentra en un quinto plano dentro del sistema de Gobierno de cualquier candidato o actual Jefe de Estado.
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