El padre que no quería dejar de mirar a su hijo.

 

Francisco Oliva (Paí Oliva), sacerdote jesuita (*)

Un compañero jesuita estuvo cuidando a su padre moribundo varios meses. Contaba que, al anochecer, para que se durmiera le leía para que se durmiera una novela, como el padre le leía a él de chico cuentos.

Paí Oliva y Papa Francisco

Hagamos este trato y tu te quedas dormido”. El padre sonreía y comenzaba la lectura, cerraba los ojos, pero no le duraba mucho: Muy pronto abría un ojo y le sonreía al hijo.

El hijo se quejaba. Su padre obedecía de nuevo. Pero, era incapaz de seguir resistiendo y abría un ojo para observar a su hijo. Esto se repetía una y otra vez. Después  de su muerte el hijo cayó en la cuenta de este ritual nocturno. Realmente era la historia de un padre que no quería dejar de mirar a su hijo.

Me preguntan qué debe de hacer Dios en estos momentos por nosotros cuando tenemos una pobreza creciente, un dengue que no termina, un corona virus que comienza con fuerza y el peligro que nos quedemos sin ese 50% de nuestra energía en Itaipú, que tan bien nos vendría para crecer en Paraguay.

Unos sueñan  en un gran milagro, que nos quitara tantos males. Como sacerdote cristiano me parece que ese no es el modo de actuar de Dios.

Otros, ya sin esperanza ni fe, me responden con tristeza que no hace nada.

Me perdonan, pero afirmo que Dios hace lo más que puede hacer.

“NUESTRO PADRE Y MADRE DIOS no deja de mirarnos sonrientes a nosotros sus hijos.”

Y eso ¿qué significa?.

Qué está dentro de nosotros y a nuestro lado y nos ama, nos mira y nos apoya y nos sonríe para que nosotros, con la vida que Dios nos da tomemos las iniciativas para dominar en estos tiempos tan difíciles estas cuatro dificultades tan grandes. que tanto mal nos pueden hacer.

Y no les hablo de una teoría aprendida en cualquier lado.

Es mi experiencia profunda de 91 años de la que doy testimonio a todos porque a todos (sea cual sea su vida, su ideología, su accionar positivo o negativo) a todos, pero que “absolutamente a todos” Dios nos mira sonriente. Está con nosotros. Y a nosotros nos toca actuar.

(*) franciscooliva1964@gmail.com

About the author

Deja un comentario