Senador cuestiona que paraguayos utilicen hospitales de Argentina

Así tituló el diario Ultima Hora de Asunción sobre los dichos de Miguel Ángel Pichetto, senador presidente del bloque Frente Para la Victoria de Argentina.

miguel-angel-pichettoLas ´palabras de Pichetto respecto a nuestra comunidad fueron:»Todo el mes de noviembre el Hospital Rivadavia está ocupado por ciudadanos paraguayos, que tienen turnos ya establecidos por anterioridad. No cuestiono esto, lo que digo es que tiene que haber mecanismos para que esos países compensen al Estado»

¿Dónde está el cuestionamiento del legislador?

Bien saben  los paraguayos residentes en Argentina que la atención médica no se reduce a la del Hospital Rivadavia sino que se extiende a todos los hospitales públicos de todo el territorio argentino y alcanza a todos sus habitantes durante todo el año,sin distinción de nacionalidad, donde la persona enferma que es atendida por los profesionales de la salud es considerada como ‘paciente’, sin que haya tipo alguno de discriminación. Y lo hacen en forma gratuita incluyendo también, en muchísimas veces, la provisión del medicamento indicado. Lo cual, en cualquier lugar del mundo, tiene un costo determinado y la Argentina no es la excepción..

A decir verdad, miles de compatriotas poseen una obra social que cubre esos servicios y le cuesta nada –o muy poco- al Estado argentino. Pero asimismo existe otra realidad que involucra a nuestros compatriotas: la mayoría de los usuarios más frecuentes provienen del Paraguay que por ley nacional,  impulsada por el senador Orlando Fiorotto y sancionada por el Congreso de nuestro país, destina para los residentes paraguayos en el exterior la suma de US$ 650 mil (seiscientos cincuenta mil dólares) cuyos beneficiarios tendrían que haber sido el sector más carente y vulnerable de nuestros connacionales, pero que preferentemente se vuelca en atender a los que viven  en Paraguay y que viajan especialmente para hacerse tratar de sus dolenciaS y enfermedades en hospitales argentinos.

Por eso, antes de lanzar estruendosa declaraciones, es conveniente tomarse la pausa necesaria para analizar con más detenimiento los pro y los contra de este tema, a menos que queramos caer en la misma redada en que cayó el senador Pichetto.

Nuestros hermanos bolivianos y peruanos en Argentina -con los cuales nos solidarizamos plenamente- frecuente y lamentablemente han sido discriminados  por diversos motivos, uno de ellos por “portación de cara”, pero es indignante e inhumano el trato público al que los sometió el senador argentino.

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