Yo soy la resurrección y la vida…

“El que cree en mí, aunque haya muerto, vivirá; y todo aquel que está vivo y cree en mí, no morirá para siempre”. 

Esas fueron las expresiones de Jesús a María y Marta de Betania, hermanas de Lázaro quienes le había dicho «Señor, si hubieras estado aquí, mi hermano no habría muerto”. Y fueron al sepulcro donde estaba sepultado obrando  ahí el milagro diciendo “Lázaro, sal afuera”. 

«Cristo crucificado» / Cuadro antiquísimo rescatado en un casco de estancia de San
Antonio de Areco, Prov. de Bs. As. Nótese que la imagen parece haber sido captada por un dron.

Esta Semana Santa, se recuerda  la vía crucis, el camino al calvario y muerte de nuestro señor Jesucristo, pero también el hecho glorioso de Su Resurrección, principio central de la teología cristiana  que los creyentes celebran con regocijo.

Hay muchas versiones, pero el Nuevo Testamento apunta que, “Resucitó de entre los muertos  y se apareció a sus discípulos  y se queda con ellos un lapso de cuarenta días antes de ascender al cielo, para sentarse a la diestra de Dios Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra”. 

“Resurrección”, obra pictórica al óleo de 1,20×1,80 mts. de Isabel Aguinagalde, artista plástica paraguaya residente en Berazategui, Prov. de Bs. As

 

 

Creer en la resurrección es creer que nuestro Dios es un Dios de vivos y no de muertos. Creer en la resurrección es creer en la vida, siempre y en todo momento«siempre y en todo momento. 

Es apostar por la vida. Es defender la vida. 

De la vida de todos: de los niños que tienen derecho a nacer y de los moribundos que tienen derecho a morir dignamente; de los jóvenes que ansían beber la vida, para que puedan conseguirlo sin adulteraciones ni engaños  y de los ancianos que se ven arrinconados y necesitan consideración y cariño.

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