Ahora que estamos en la “cuasi víspera” de la celebración mariana, nos pareció pertinente publicar parte de un artículo extraído de https://www.revistaculturayreligion.cl, que analiza la festividad religiosa de la Virgen de Caacupé en el Club Atlético Deportivo Paraguayo de La Matanza , como una práctica social, cultural y espacial vinculada a dicha comunidad,
La Matanza es un municipio con una alta concentración de población paraguaya; así, la relación entre las celebraciones y la apropiación de espacio urbano confluye por su interés y dinámica.
Las festividades religiosas, lejos de ser solo un evento recreativo reflejan la capacidad de agenciamiento de los sujetos (migrantes) a nivel individual y comunitario.
En la Argentina, resultan significativas diversas celebraciones religiosas realizadas por las comunidades de migrantes. En particular, dentro de las latinoamericanas, se destacan la Virgen de Copacabana y la Virgen de Urkupiña, de la colectividad boliviana, y el Señor de los Milagros de la comunidad peruana, que tienen un alcance nacional.
En todas estas conmemoraciones, la música y la danza se articulan como elementos centrales para la identificación colectiva, y otorgan dinamismo a las identidades étnicas, locales y regionales.
Para dimensionar el peso de la comunidad paraguaya, la más numerosa de Argentina, se puede señalar que el 83% de toda la población nacida en Paraguay residente en el país se encontraba dentro de la Región Metropolitana de Buenos Aires Más allá de lo que ocurre en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA), los municipios que la rodean también evidencian un alto porcentaje de migración paraguaya, menos atendida por los estudiosos.
Las características principales de este culto mariano y la particularidad del proceso del asentamiento de la festividad en el CADP (Club Atlético Deportivo Paraguayo realizado en Villa Scasso, La Matanza) como articuladora, está la clave para analizar los procesos migratorios, estableciendo y fortaleciendo las relaciones entre las personas y los grupos sociales entendidas como producciones.
Respecto a la fiesta propiamente dicha, desde su inicio, se relaciona con las actividades del EPPA y de la Conferencia Episcopal Paraguaya (CEP): «Caacupé en Buenos Aires” era la clausura de la Misión Pastoral realizada anualmente por el EPPA y la CEP y se transformó en la fiesta más multitudinaria de los paraguayos en la Argentina».
El comienzo de estas celebraciones se remonta a 1970. Que se realizó en el partido de San Miguel, para asentarse luego en La Matanza en la localidad cabecera del municipio, San Justo, en la Iglesia Don Bosco (Sagrado Corazón). Durante la década de 1980, debido a la cantidad de personas que asistían, se trasladó la fiesta a Puente 12, también en La Matanza, donde se encuentra el campo recreativo de la congregación salesiana. Distintas parroquias y hogares de diversos lugares llevaban su propia imagen a esa fiesta como cierre del año misional.
El EPPA (Equipo Pastoral Paraguayo en Argentina) y el CADP configuran referencias insoslayables para que la veneración a la Virgen esté generando todavía, pertenencia e identidad étnica entrelazando tradiciones populares y hacen que la religiosidad del paraguayo en Argentina siga vigente.
