“El amor es una cosa esplendorosa…” – Poemas de Amado Nervo, Rubén Darío, Carlos Bahr, Mario Benedetti y Pablo Neruda….

Parece ser que, antiguamente, de los mejores poemas eran adjudicados a la inspiración de Erato, amante de Apolo y musa de la poesía lírica y amorosa, pero en realidad sus fuentes siempre han sido múltiples. 

Hoy, en la cuarta entrega de ”El amor es una cosa esplendorosa…” damos cabida a cinco incuestionables poetas americanos. 

Todas las semanas seguiremos agregando a poetas y “poetisas” de todas las nacionalidades y de paraguayos residentes en el exterior. 

BUEN FIN DE SEMANA 

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Amado Nervo – Poeta mexicano – (Tepic, agosto 27 de 1870 / -Montevideo, Uruguay:  mayo 24 de 1919

  • COBARDÍA

Pasó con su madre. ¡Qué rara belleza!
¡Qué rubios cabellos de trigo garzul!
¡Qué ritmo en el paso! ¡Qué innata realeza
de porte! ¡Qué formas bajo el fino tul…

Pasó con su madre. Volvió la cabeza:¡me clavó muy hondo su mirada azul!
Quedé como en éxtasis… Con febril premura,
«¡Síguela!», gritaron cuerpo y alma al par.

…Pero tuve miedo de amar con locura,
de abrir mis heridas, que suelen sangrar,
¡y no obstante toda mi sed de ternura,
cerrando los ojos, la dejé pasar!

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Rubén Darío  -Poeta nicaraguense (Metapa 18 de enero 1867 / León 6 de febrero de 1916)

  •  RIMAS XII

¿Que no hay alma? ¡Insensatos!
Yo la he visto: es de luz…
(Se asoma a tus pupilas
cuando me miras tú.)
 

¿Que no hay cielo? ¡Mentira!
¿Queréis verle? Aquí está.
(Muestra, niña gentil,
ese rostro sin par,
y que de oro lo bañe
el sol primaveral.)
 

¿Que no hay Dios? ¡Qué blasfemia!
Yo he contemplado a Dios…
(En aquel casto y puro
primer beso de amor,
cuando de nuestras almas
las nupcias consagró.)
 

¿Que no hay infierno? Sí, hay…
(Cállate, corazón,
que esto bien por desgracia,
lo sabemos tú y yo.)
 

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Carlos Bahrpoeta argentino  (Buenos Aires, octubre 15 de 1902  / Julio 23 de 1984)

  • EL MISMO DOLOR

Otras manos serán, será otra cara.

Serán otras palabras y otra voz

Me traerán nuevos días, nuevas ansias

(y acaso en mis inviernos

                   florezca otra ilusión) 

    Otros sueños serán, será otro nombre…

Serán otros motivos y otro adiós…

Cambiará todo, todo, pero siempre

en mi vida golpeará el mismo dolor

      Dolor de tus palabras que ya nunca

estarán en mi canción.

Dolor de mis mañanas, sin tu risa,

mis días sin tu amor.

    Dolor de la distancia irremediable

que dibujó el adiós…

Dolor, siempre el dolor

como una mano terca

que aprieta el corazón

     Otro gesto será, será otra risa.

Serán otras locuras y otro amor.

Llegará por la senda otra esperanza

(y acaso otros paisajes

renueven mi emoción) 

    Otra noche será, será otro beso.

Serán otros recuerdos y otro adiós.

Cambiará todo, todo, pero siempre

en mi vida golpeará el mismo dolor…

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Mario Benedetti Poeta uruguayo ((Paso de los Toros, septiembre 14 de 1920 -/ Montevideo, mayo 17 de 2009) 

  • POR SIEMPRE

Si la esmeralda se opacara,
si el oro perdiera su color,
entonces, se acabaría
nuestro amor
 

Si el sol no calentara,
si la luna no existiera,
entonces, no tendría
sentido vivir en esta tierra
como tampoco tendría sentido
vivir sin mi vida,
la mujer de mis sueños,
la que me da la alegría…

Si el mundo no girara
o el tiempo no existiese,
entonces, jamás moriría
Jamás morirías
tampoco nuestro amor…
pero el tiempo no es necesario
nuestro amor es eterno
no necesitamos del sol
de la luna o los astros
para seguir amándonos…

Si la vida fuera otra
y la muerte llegase
entonces, te amaría
hoy, mañana… por siempre…todavía.

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Pablo Neruda – Poeta chileno ( Parral, julio 12 de 1904-/ Santiago, septiembre 23  de 1973 ).

  • POEMA N° 20

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.

 Escribir, por ejemplo: «La noche está estrellada,
y tiritan, azules, los astros, a lo lejos».

 El viento de la noche gira en el cielo y canta.

 Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Yo la quise, y a veces ella también me quiso.

 En las noches como ésta la tuve entre mis brazos.
La besé tantas veces bajo el cielo infinito.

 Ella me quiso, a veces yo también la quería.
Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos.

 Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido.

 Oir la noche inmensa, más inmensa sin ella.
Y el verso cae al alma como al pasto el rocío.

 Qué importa que mi amor no pudiera guardarla.
La noche está estrellada y ella no está conmigo

Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos.
Mi alma no se contenta con haberla perdido

 

 

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