La gente soporta altas temperaturas en medio de todo tipo de incomodidades y la precaria infraestructura de la estación capitalina de buses. El negocio del momento es la venta de abanicos, agua mineral y termos.
Todo tipo de incomodidades en medio de un sofocante calor deben soportar las miles de personas que utilizan la precaria infraestructura de la Terminal de Ómnibus de Asunción (TOA) a la hora de trasladarse a distintos destinos para pasar la fiesta de fin de año.
La sala de espera presenta signos de abandono y una falta total de artefactos como ventiladores que al menos puedan paliar los efectos de la elevada temperatura que se tiene en estos días. Todo en medio de basura como botellas vacías de plástico, papeles y hules que se arrojan de manera irregular en el gran salón.
La gente adopta todo tipo de medidas, desde la utilización de paños mojados o revistas a modo de pantalla para intentar refrescarse. Los vendedores ambulantes que ingresan al sitio hacen su agosto en pleno diciembre con la comercialización de abanicos, agua mineral o termos.
El mal estado de las sillas existentes en el lugar, la mayoría de las cuales se encuentran rotas o sencillamente arrancadas de su base, hacen que muchos usuarios deban esperar de pie la salida de sus colectivos.
Adolfina Vera, una abuela que esperaba el servicio de ómnibus en el lugar, lamentó que la TOA no se ponga a la altura de otras terminales de América, como la de Argentina y Brasil, que están climatizadas e incluso con escaleras mecánicas.
RESPUESTA. El director de la TOA, Emerson Aguilar, lamentó la falta de conciencia de las personas que pasan por los hangares del lugar en el sentido de que arrojan sus desechos al suelo, ignorando los basureros colocados, y dejan que sus hijos menores rompan los asientos existentes.
Dijo que tienen un equipo de 36 limpiadores que se encargan de retirar los desperdicios durante las 24 horas del día cada 5 minutos. «No van a ver nunca mucha basura acumulada. Solo botellas de plástico, papel o bolsas que la gente tira», sostuvo.
El mismo resaltó que a través del Departamento de Mantenimiento realizan constantes reparaciones de las sillas pero que al poco tiempo las mismas vuelven a deteriorarse por el mal uso de la gente.
Con respecto a la climatización de la sala de espera, Aguilar puntualizó que el proyecto ya fue presentado de manera a que sea implementado en el 2014.
Dijo que el mismo demandaría una inversión de G. 800 millones, monto que no contempla el perimetrado de la sala de espera y el estudio técnico para determinar la carga eléctrica que demandará su puesta en vigencia.
La TOA, del 20 de diciembre al 7 de enero, verá pasar a más de 800 mil personas, según indicaron sus administradores.
