Sabor y olor a licor

Por Caio Scavone (*)

En el Paraguay, una ciudad con el particular título de especial es Fulgencio Yegros. Está enclavada dentro del séptimo departamento de Caazapá, a 45 km de esta capital departamental y a 286 km de Asunción. Y ya que estamos, a 97 km de Villarrica.

Fulgencio Yegros cartelTiene el sello y el diseño de una cuadrícula perfecta con sus dos diagonales y unas cuatro plazas en los ángulos que desembocan en la enorme plaza central. Fue la primera ciudad planificada del Paraguay y es probable que sea la única, ya que todos los diseños de ciudades y poblados del Paraguay se hacen a la bartola. El concepto de trazar una ciudad planificada provino de sus propios pobladores europeos, pero sin intromisión española, y Yegros tiene el mismo croquis que la ciudad argentina de La Plata. Nada tiene de la capital paraguaya que debe ser seguramente la reina de la basura y del “sarambi sorokue”.

El distrito tiene 872 km2 y una población estimada en 8.000 habitantes. Fue fundado el 25 de julio de 1888, año en que ahí también llegaron suizos y alemanes. A lo largo de su rico historial recibió varios nombres: Pirapó, luego unos 200 colonos procedentes de Ticumperú, de la provincia argentina de Corrientes, la llamaron “Villarrica“, un decreto hizo que cambiara a “Puesto Naranjo” por la gran cantidad de ese cítrico que Rodríguez de Francia hizo plantar en la zona en el año 1816. Pasó posteriormente a llamarse “San Fernando del Espíritu Santo”. Los colonos franceses que llegaron ahí la llamaron “La Nouvelle Picardie”, esos galos provenían de Picardía, una región del norte de Francia.

Recibió también el nombre de “Colonia Nacional”. El presidente del Paraguay de entonces, Juan Gualberto González, ordenó en 1891 el ingreso de 364 inmigrantes de varias nacionalidades y la colonia pasó a llamarse “Juan G. González”. El 17 de diciembre de este mismo año fue declarado distrito y desde 1910 tiene el nombre de Fulgencio Yegros, prócer nacido en Quyquyhó en 1870 y ejecutado por orden del dictador Francia el 17 de julio de 1821 con apenas 40 años. Se había casado con Facunda Speratti y tuvieron 4 hijos. Cada 22 de agosto se realiza en Yegros el festejo patronal en homenaje a su santo protector, San Sinforiano, un mártir y santo francés.

Durante la revolución y pelea interna entre liberales de 1920 a 1922, la comunidad de Yegros proveyó de alimentos a todo el país y fue igualmente cuna del tenis y de grandes personalidades como Elvio Romero, el renombrado arpista Santiago Cortessi y sus primos músicos, los Larramendia: Luciano (Chulo), Generoso (Chirole) y Agustín (Rubito). Además Yegros fue la primera ciudad del país en contar con iluminación eléctrica. Una obligada visita constituye “Fierro Punta“, puente de hierro del ferrocarril sobre el río Pirapó, construido en el año 1904 y que une a Yegros con Yuty.

Yegros tiene, con la mezcla de su sangre, los cromosomas del esfuerzo, de la fama, de la historia, de la excelencia, de la cultura, del arte y del patrimonio productivo. Su progreso estuvo enterrado por varios años y, en poco tiempo, volverá a ser el emporio del desarrollo y de la tradición económica. La Ruta 8, cortada en el tramo Caazapá-Yegros-Yuty, con el asfaltado en construcción y a terminarse, según contrato, en agosto del 2016, volverá Yegros a refundarse como el bastión del progreso caazapeño.

Mañana sábado y el domingo se abrirán las compuertas del 6º Festival del Licor para que se empine la histórica estirpe yegreña, se enseñoree el dinamismo de su gente y se vislumbre el desarrollo de siempre y que tan en estado de atraso y abandono le dispensaron las anteriores autoridades presidenciales.

caioscavone@abc.com.py

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