Otra vez no me decido por el título*

Opciones: “Tú cambias, cuando te conviene”, “Sánchez que escribe, no muerde”, “Comprobado, se puede escribir sin saber leer”, “Si bebe, no maneje ni escriba”, “El fascismo está de moda”, “Para Roberto Sánchez que no es Sandro”, “Los pingüinos no vuelan” y “Parece que en el cambio está la ganancia”.

Yo no cambio, mal que les pese a algunos; es más, trato, y creo que hasta ahora lo vengo logrando, de ser coherente; y en algo que no he cambiado desde siempre es en mi sentido de hacer honor a la verdad y a la justicia, y a mi apellido: Franco y su significado. Y si hace años me atrevo a escribir con opinión es para compartir conocimientos, con temas histórico-políticos; tratando que ésta sea fundamentada; y no escribo para agradar o endulzar la oreja de algún sector en particular, escribo para el común. A lo largo de estos años mis escritos se han publicado en distintos medios, tanto argentinos como de nuestra colectividad y Paraguay; también he recogido felicitaciones y críticas, pero tanto unas como otras soy consciente que hay que tomarlas con pinzas y como de quien viene; y no hacer mucho caso sobre todo de las felicitaciones, aunque a decir verdad las que más valoro son las de aquellos profesores de historia que han leído algunos de mis artículos, ya que me hacen un alto honor porque yo no tengo el título, soy simplemente un diletante, un aficionado a la historia.

Bueno, hecha esta pequeña introducción paso a responderle a Roberto Sánchez; a quien no conocía sino a través de algunas cosas que escribió hace tiempo en este medio; pero el pasado fin de semana tuve el gusto de conocerlo en un asado. Debo decir que no me impresionó ni bien ni mal, más bien todo lo contrario; y relato este primer encuentro: cuando llego a la reunión él ya estaba y me acerco a saludar, y creo que antes que me estreche la mano ya me espetó: «te voy a contestar tu nota»; y qué nota pregunté; «la que escribiste en Ñanereta sobre Lugo, póngale el título…», etc. etc. Le respondí que me parecía bien, y durante todo el transcurso de la jornada se encargó de recordármelo; bien, parece ser su estilo, algo maradoniano, y no me refiero al médico formoseño; y seguramente cada tanto me repetía que iba a responder la nota para que no me olvide, capaz cree que tengo alzheimer, entonces pensé: «Sánchez que ladra no escribe, otro más que dice que va a contestar y seguramente no lo hará», pero me equivoqué; y al retirarme de la reunión, lo saludo y le digo que espero su nota y me responde: «ahora no más termino acá y me pongo a escribir»; algo no aconsejable, así como no se debe manejar después de beber, tampoco se debe escribir.

Pero bien, paso a comentar algunos de sus párrafos. El de los medios, es cierto soy un asiduo lector de los diarios que menciona y por contraposición me doy cuenta que él no lo es; es más, para que se entere también leo libros; me gusta escuchar distintas opiniones, he logrado eliminar los prejuicios y no me molesta ni me escandaliza una opinión distinta a la mía; la intolerancia y el fanatismo nunca hicieron nido en mi espíritu; esto es algo importante si uno quiere ver claro, porque los prejuicios son velos que nublan la razón y ni qué decir del fanatismo. Y sobre este punto más no puedo contestar porque si él no lee los medios mencionados o no les presta credibilidad y se queda con el sonido de una campana, poco va comprender o interesar lo que yo pueda alegar; o sea que es al dope que le repita mi posición.

Es más, difícil que pueda entender lo que uno escribe alguien que se impone un corset mental.
En cuanto al párrafo que me pide que sea agradecido por mi buen pasar en esta tierra, pero mejor lo transcribo textualmente: «Por lo menos en agradecimiento a su buen pasar en esta generosa Argentina debería excusarse de opinar sobre las políticas de inclusión social implementadas desde el 2003». Esto suena al clásico: «paraguayo acá te matamos el hambre, no te quejés, si no te gusta andate a tu tierra»; me parece que esto lo escribió más inconsciente que conciente; también se equivoca en que no debería opinar, ya que si constitucionalmente tengo derecho al voto quiere decir que tengo derecho a emitir mi opinión; es más, el Paraguay desde su fundación y la fundación de Buenos Aires ha estado atado a su historia y sus vaivenes políticos; y sobre todo a partir de la desgraciada Guerra de la Triple Alianza ha quedado sometido a los designios, ora argentinos, ora brasileños, con una política altamente dependiente. Pero parece que él no lo cree así, o al menos cree que los que piensan distinto a él no deben opinar, menos si son extranjeros y especialmente sobre el período que arranca en 2003, por lo visto RS se cree la medida de todas las cosas.

Sobre mi buen pasar en esta tierra generosa debo decir que nunca la pasé mal; y esta tierra debemos reconocer sí que es generosa, sobre todo con los pícaros; y en este sentido soy un agradecido de la vida sin siquiera haber pertenecido jamás a la función pública, imagínense lo agradecido que debería estar si me hubiera tocado esa beca; no soy rico ni codicioso, no tengo auto, más bien y gracias a las políticas de inclusión social ahora pertenezco a la clase “tuve”. Sí tengo aquilatados en mi acervo muchos valores que no son precisamente materiales, ahí sí me creo rico.

Como contrapartida, él reconoce que cambia y por lo que he visto y oído en la reunión, le fue muy bien en la función pública; ahora jubilado ha transitado por la misma bajo distintos gobiernos, pero siempre fiel a la doctrina peronista, de la primera y última hora, no importa quién fuera el líder de turno; eso sí, primero de Perón, luego de Cafiero, luego de Menem, después de Duhalde y ahora de los Kirchner; ¿éste será el cambio que se ufana?

Para terminar, los últimos párrafos realmente me resultan difíciles de responder, los encuentro algo confusos, van en zig-zag y, aunque no me consta que sea su caso, como digo más arriba: no se debe manejar ni escribir después de beber. Pero opiniones son sólo eso, opiniones; y gracias a que vivimos en democracia y no estamos bajo una dictadura es que podemos expresarlas en papel, en radio y en cualquier medio; por ejemplo, no me imagino escribiendo en Cuba siendo opositor, me imagino más bien en la cárcel y ahí sí que no le podría contestar a Sánchez.

Y reconozco que me equivoqué en mi primera apreciación, cuando pensé «Sánchez que ladra, no escribe»; cambio mi concepto por el de «Sánchez que escribe, no muerde» (y aclaro para que no haya malentendidos, no hay ninguna intención de mi parte en esta última expresión de referirme a la famosa «mordida»; es más bien en el sentido intelectual).

Cordialmente
                                                                                                                                               Rafael Luis Franco

*N. de R. : Este artículo es en respuesta al publicado por Roberto Sánchez, en este mismo sitio, el 13-10-2010

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Comments

  1. ¡Que fabulosa la época en que vivimos, todos tenemos la libertad de expresar nuestros pensamientos !unos para bien , otros…pa-ra lo que sea, entre las cuales me encuentro yo…Juana Pueblo
    ¡Viva la democracia!!!!

    1. felicitaciones!!!buenisimo!!!yo sigo aprendiendo,ademas, me siento identificoada!!!!sr franco, usted historiador!!!!yo sicologa!!!democracia grandioso!!!!

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