Los desterrados hijos de Eva

Los paraguayos, desterrados cívicos de la tierra de nuestros ancestros, podemos sentirnos orgullosos de los que habitan en nuestro fecundo suelo quienes, con su voto positivo en el referéndum del 9 de octubre, han hecho posible el rescate de ciudadanía de los viejos residentes en el exterior que ya tenían el derecho de elegir en la época de Stroessner.

Asimismo, la consulta popular, ha tenido la virtud de crear nuevos ciudadanos: nos referimos a los jóvenes que ya nacieron sin ese derecho a partir de junio de 1992.

 

Con este acontecimiento, se dio un paso más para lograr el cambio que la mayoría del pueblo consciente anhela y que ha comenzado con la alternancia del poder en abril de 2008.

Creemos que ningún sector en particular puede arrogarse la paternidad del resultado obtenido ya que todos, en su medida, han hecho posible que se llegue al fin deseado. Ninguna organización de paraguayos en el exterior, por sí sola hubiera logrado –con ser importantes sus luchas y reclamos- la enmienda constitucional del artículo 120. Sin la férrea voluntad del poder legislativo, de los partidos políticos y sin el concurso vital, decisivo y definitorio de nuestros connacionales de “adentro” todavía estaríamos en el “mboriahú plagueo”.

Sabemos que los «ex paraguayos de afuera» incidiremos casi nada en las elecciones del 2013 en nuestro país, habida cuenta que para participar en la misma hay que estar inscriptos en el padrón electoral, cuyo cierre ocurrirá el  30 de diciembre de 2011 con la posibilidad de extender el plazo dos meses más, tiempo notoriamente escaso para empadronar a una cantidad importante.

Pero si nosotros pedimos y el gobierno decide que se abra nuevamente la inscripción –esta vez de manera permanente- a partir del año que viene con vistas al 2018, no dudamos que los empadronados para tal fecha serán de decenas de miles de ciudadanos. Ahí sí…

Queda aún un largo proceso por recorrer. Mientras tanto, tenemos la fortaleza moral y la satisfacción espiritual de haber transitado sin desmayos los caminos que condujeron a que todos los paraguayos tengamos iguales derechos, no importando el lugar de residencia

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