Las nuevas autoridades y la política lingüística necesaria

Miguel Ángel Verón

En menos de dos meses asumirán sus cargos todas las autoridades electas en abril pasado. Las mismas tienen muchos desafíos en todas las áreas de la vida nacional.

 Muchas propuestas, especulaciones, opiniones, preocupaciones, presiones y pedidos previenen de todas partes, pero casi nada estamos escuchando acerca de las políticas que las nuevas autoridades plantearán en el área de las lenguas.

En Paraguay históricamente las autoridades han intentado desconocer la situación sociolingüística, imponiendo como lengua única el castellano; por eso una política lingüística favorable a todas lenguas del país ha quedado siempre totalmente rezagada sino olvidada en la agenda nacional. Ahora, que ya contamos con una Ley de Lenguas y con una Secretaría de Políticas lingüísticas, es necesario plantear e insertar en la agenda política tanto del Ejecutivo como del Parlamento Nacional una verdadera política relativa a las lenguas, de manera a concretar la oficialización de la lengua guaraní en los tres poderes del Estado, iniciar políticas de fortalecimiento y cuidado de las 20 lenguas indígenas, y construir un país verdaderamente plurilingüe e intercultural.

Ñane ñe’ënguéra raperã ningo iñambue ñepyrükuri 1992 guive, osëramo guare Léi Guasu; katu iñambuete 2010 guive, oñemoañeteha ára guive Léi 4251 Ñe’ënguéra Rehegua. Ko Léi oiguyru ha ombohape porãiterei Estado rembiaporã ñe’ënguéra renondépe; ha’e tenonderãite voi ombojojáva’erã guarani ha castellano jeporu Estado rembiapópe, ohyvykoivéva’erã ko ñe’ë, ha’e ñanemopeteï ha ñanembojoaju rupi tetã háicha; ko Léi avei ojopy Estado-pe oñangarekóvo hekópe opaite ñe’ë ojeporúva ñane retãme, ko’ýte indigenakuéra ayvu tee rehe.

Entonces, las políticas lingüísticas a ser desarrolladas por las nuevas autoridades, especialmente por el Ejecutivo, son bien claras, y solo hace falta mejorar y optimizar las que se vienen desarrollando. Aquí presentaré, para invitar al debate, algunas acciones que urgentemente deberán impulsar las nuevas autoridades del Ejecutivo:

a. Fortalecimiento de la Secretaría de Políticas Lingüísticas (SPL), a través de la dotación de presupuestos necesarios para que la misma pueda desarrollar sus funciones. Para el ejercicio 2012, esta cartera recibió un modesto presupuesto, pero el mismo de alguna manera se justificó ya que era su presupuesto inicial; para el presente año, 2013, el Parlamento Nacional incrementó 100% dicho monto, pero el Ministerio de Hacienda, sin razón alguna, recortó cerca del 40%. El presupuesto actual es totalmente insuficiente y representa una verdadera burla a los idiomas paraguayos, especialmente al guaraní. Para cambiar racionalidades, paradigmas, usos, costumbres y prejuicios tan fuertemente arraigados en la conciencia colectiva en torno a las lenguas, y superar la diglosia guaraní-castellano, esta Secretaría precisa contar con centenares de técnicos especializados en planificación lingüística, amén de investigadores y especialistas en lenguas indígenas. Con el presupuesto que finalmente le destinó el Ministerio de Hacienda para el presente año, la Secretaría no puede contratar ni con el 10% de los especialistas que necesita; en realidad, para cumplir mínimamente con la función que le asigna el Estado paraguayo a través de de la Ley de Lenguas, la SPL precisa incrementar por lo menos 1000% su actual presupuesto. Por tantos años de abandono de nuestras lenguas, por tantos años de renuncia a nuestra soberanía lingüística y cultural, es necesario inclusive plantear convertir la Secretaría de Políticas Lingüísticas en un Ministerio de Políticas Lingüísticas, ya que su trabajo debe ser transversal a los tres poderes del Estado y los gobiernos departamentales y distritales.

b. Es más que urgente empezar, desde la Secretaría de Políticas Lingüísticas (SPL), una política de bilingüización visual (en guaraní y castellano) de todos los entes públicos, los lugares públicos, las rutas; impulsar la formación de servidores públicos bilingües. Por suerte la SPL ha empezado esta iniciativa; varios funcionarios públicos han estudiado guaraní y siguen formándose para elevar el dominio en este idioma; por otra parte, está trabajando con la Secretaría Nacional de Turismo (SENATUR) para incorporar decididamente el uso del guaraní en el turismo, bilingüizando los lugares turísticos como los documentos utilizados para la promoción del turismo a nivel nacional e internacional. Por otra parte, como ya se ha planificado en la SPL, ésta deberá trabajar con todas las gobernaciones y municipalidades del país, para incorporar el uso escrito del guaraní junto al castellano en los documentos, como prescribe la Ley 4251.

c. Reformar la Educación Bilingüe iniciada en 1994. Uno de los logros más importantes de la democracia paraguaya es, sin dudas, la Educación Bilingüe; en casi doscientos años de vida independiente, por primera vez la Asamblea Nacional Constituyente había oficializado la lengua propia del Paraguay en 1992, y establecido que la educación paraguaya deberá ser bilingüe castellano-guaraní. La Ley de Lenguas establece en dos artículos (28 y 29) que el guaraní y el castellano deben ser enseñados y utilizados como instrumentos didácticos en las instituciones públicas y privadas que integran el sistema educativo nacional, desde el nivel inicial hasta el superior. Las autoridades paraguayas, y con mayor razón el Ministerio de Educación y Cultura, deben entender que existe un ANTES y un DESPUÉS de la promulgación de la Ley 4251. Las propias autoridades del MEC han reconocido que la Reforma Educativa ha fracasado, y el mayor fracaso se ha observa en lo relacionado a la educación bilingüe; ella sigue impulsando una política de imposición del monolingüismo castellano; la educación bilingüe sigue siendo de transición y no de mantenimiento; la misma sigue siendo castellanista y castellanizante en desmedro de la lengua guaraní. La SPL y el MEC habían firmado un convenio de cooperación para trabajar las lenguas en el sistema educativo paraguayo; los trabajos que devienen de dicho convenio deben ser concretados; además se debe hacer partícipe a la ciudadanía a través de congresos, seminarios y otros espacios de participación ciudadana, como se ha realizado en antes del inicio de la Reforma en 1994.

En fin, son infinidades las acciones que deberán encarar las nuevas autoridades en materia lingüística. Este es el momento como nación para reivindicarnos con el guaraní y las otras lenguas nacionales y con nosotros mismos. Invito a los estudiosos de las lenguas y las culturas a debatir estos temas y a ejercer el control y presiones necesarios hacia las nuevas autoridades, de manera que se comprometan en el respeto de los derechos culturales y lingüísticos de todos los paraguayos y las paraguayas y en la construcción de un país pluricultural, plurilingüe e intercultural.

Ñanderehe ojeko jahupi haguä yvate ñane ñe’ë ha ñande reko; jahupívo yvate ha ñamomba’évo ñane ñe’ë guarani, ñande avei ñañemomba’e; ñamochïchï ha jahayhúramo ñane ñe’ë, ñande avei jajehayhu ha ñasëta tenonde.

 

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