La verdadera estrategia Argentina en Yacyretá

Ramón Casco CarrerasLic. Ramón Casco Carreras (*)

La estrategia del Gobierno argentino en las negociaciones del Anexo C del Tratado de Yacyretá es recluir las controversias y hasta el intercambio de  propuestas en una agenda de asuntos secundarios e incluso irrelevantes.

El atascamiento del proceso de negociación, a pesar de que el documento de referencia venció hace ya cinco meses,  en el debate de la supuesta deuda de la Entidad Binacional (EBY) es la prueba más con tundente de la actitud que estamos advirtiendo.

No es nuestra intención subestimar el problema de la deuda de la EBY, un obstáculo que debe superarse para desempantanar las actuales tratativas; sin embargo, esta y otras cuestiones de innegable relevancia en la actual coyuntura de la EBY, deben subordinarse a la verdadera estrategia paraguaya en Yacyretá: la división de la energía del complejo hidroeléctrico binacional en partes iguales, en definitiva el objeto, fin o propósito de este documento.

Los registros, incluso oficiales y recientes como los acercados recientemente por los funcionarios paraguayos de la entidad a la Cámara de Senadores prueban en forma elocuente que los gobiernos argentinos de turno, lamentablemente con la complacencia a complicidad de sus colegas paraguayos, subalternizaron ese propósito del Tratado de Yacyretá a cláusulas subalternas, de contexto.

Esta manipulación, incluso de mala fe del objeto del Tratado, de acuerdo con la Convención de Viena sobre el derecho de los Tratados, tal como nos advertía – nos sigue advirtiendo –  el abogado Gustavo De Gásperi, es causal de nulidad, claro, toda vez que la administración de los intereses del Estado sea asumida y defendida por un gobierno genuinamente nacionalista.

El informe de referencia es la demostración más humillante de la desviación del objeto del Tratado: en casi dos décadas (1994/2014) la central produjo más de 260 millones de Mwh, pero si examinamos los registros de la distribución, que debió ser por partes iguales, nos encontramos que el mercado argentino se aprovechó del 95% de ese total y nosotros apenas el 5%.

En la búsqueda de explicaciones – o justificaciones- no encontramos factura alguna de venta o de pago por o de nuestro cuantioso excedente porque,  gracias a una inexplicable alquimia, transformaron nuestro derecho natural al comercio en un raro engendro que llamaron “cesión” y el a la común y corriente operación de pago por un bien o insumo recibido o entregado nominaron “compensación”,  a pesar de que este vocablo denote y connote trueque o canje de un par objetos -o servicios- del mismo valor.

Insistamos entonces en que la estrategia paraguaya de la presente coyuntura es exigir que Argentina cumpla, ejecute, practique el objeto, fin o propósito del Tratado de Yacyretá: la división de la energía en partes iguales, so pena de que nuestro país recurra  a los tribunales internacionales exigiendo la nulidad de ese documento y exija la adopción de otro marco jurídico, que sea estrictamente respetuoso de los derechos paraguayos. Ejemplos hay.

 (*) Analista de Mundo de la Electricidad.

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