La libre navegación es irrenunciable

La libre navegación de los ríos y el libre comercio fluvial han sido siempre las banderas bajo las cuales se articuló la nación paraguaya y por las que ella se dio a sí misma su Independencia.

El actual gobierno parece muy lejos de comprender lo que está en juego y, por supuesto, está muy lejos de la actitud que ante casos similares asumieron todos los gobiernos paraguayos.

El Gobierno Nacional está conversando con Argentina sobre el desbloqueo del comercio fluvial paraguayo, que ha ocasionado el retraso de las entregas de miles de contenedores con mercancías destinadas a los mercados externos o que iban a entrar a él.

Estos contenedores están bloqueados por acción de sindicatos argentinos íntimamente ligados al gobierno de Cristina Fernández de Kirchner a través de Omar Suárez, del Sindicato de Operadores Marítimos, parte de la coalición encabezada por Hugo Moyano, secretario general de la facción oficialista de la Confederación General del Trabajo.

El señor Moyano es un estrecho y difícilmente prescindible aliado de la presidenta Kirchner.

Los sindicalistas argentinos alegan, para justificar el bloqueo –acción ilegal desde cualquier punto de vista–, solidaridad con los operarios marítimos paraguayos, cuya explotación por el empresariado paraguayo denuncian.

La acción sería hasta loable si no fuera porque el sindicato paraguayo al que Suárez y Moyano dicen querer ayudar se formó muy recientemente, coincidentemente con el inicio de las restricciones y cuenta con menos de cien integrantes, sobre más de cinco mil obreros marítimos paraguayos.

Lo cual conduce a pensar fundadamente que la motivación real de los aliados del gobierno argentino es apoderarse de las operaciones de transporte fluvial en la hidrovía Paraguay-Paraná, que actualmente está abrumadoramente en manos de la empresa paraguaya.

La empresa paraguaya, empresarios y obreros colaborando juntos, está mostrando en este, como en muchos otros campos, que es una de las más dinámicas de la región, cuando se la deja trabajar.

Lamentablemente, la actitud del Gobierno paraguayo carece de la energía que el caso exige y se ha limitado a algunas gestiones en averiguación de hechos que son evidentes por sí mismos, contribuyendo a que los sindicatos próximos al gobierno argentino logren el objetivo de perjudicar los negocios paraguayos.

La libre navegación de los ríos y el libre comercio fluvial han sido siempre las banderas bajo las cuales se articuló la nación paraguaya y por las que ella se dio a sí misma su Independencia. El actual gobierno parece muy lejos de comprender lo que está en juego y, por supuesto, está muy lejos de la actitud que ante casos similares asumieron todos los gobiernos paraguayos, desde la Primera Junta Gubernativa hasta hace poco.

Es de esperar que en los días sucesivos, el Gobierno deje de lado sus alianzas ideológicas con gente como Hugo Moyano para apoyar el interés nacional paraguayo y que no haga en el tema del transporte fluvial lo mismo que hace con las oleaginosas y con todos los sectores en los que Paraguay puede competir con ventaja con los países vecinos.

En este tema del bloqueo argentino a los contenedores paraguayos nada hay que negociar, solo cabe que Argentina restituya de forma plena e incondicional la situación anterior a dicha medida ilegal de los sindicatos argentinos.

Editorial lanación.com.py -19-11-2010

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