Borrón y cuenta nueva: tras 2 años, Fernando Lugo convive con sus verdugos

Por Patricia Vargas (*)

El ex presidente, destituido el 22 de junio del 2012 en un juicio político sumario, mantiene actualmente fortalecido al Frente Guasú y se ve obligado a considerar proyectos con sectores que fueron sus verdugos políticos

A dos años de la matanza de Curuguaty, donde fallecieron 11 campesinos y 6 policías, y que terminó con el juicio político y destitución del entonces presidente Fernando Lugo, este se convirtió en el líder de la izquierda en la Cámara de Senadores, cargo en el que fue electo en abril de 2013.

Desde este lugar, el ex mandatario baja líneas a la bancada del Frente Guasú, que está conformada por cinco senadores que reconocen su liderazgo como «único».

Su nuevo rol parlamentario hizo que Lugo se viera obligado a estudiar proyectos con legisladores que en junio de 2012 votaron a favor de su polémica salida del Poder Ejecutivo, tales como Blas Llano (PLRA), los colorados Juan Carlos Galaverna y Silvio Ovelar, o Desirée Masi, del Partido Democrático Progresista (PDP). Es más, con el sector de Masi, Lugo y su FG integran una multibancada opositora que estudia sus coincidencias respecto a proyectos y la conformación de la nueva mesa directiva.

En las sesiones del Senado, es normal observar al ex obispo conversando animadamente con colorados y liberales, sectores que no dudaron en unirse en su contra aquel junio del 2012, tras el sangriento enfrentamiento entre campesinos y las fuerzas del orden en las tierras que están en litigio entre el Estado y la firma Campos Morombi, de la familia del fallecido político colorado Blas N. Riquelme.

«Hay gente que te dice que fue un golpe y que si hoy tiene la oportunidad de volver a participar de esa situación, no hubiese tomado la misma decisión, porque en ese entonces lo hicieron sin medir las consecuencias», comenta Lugo a ÚH, recordando que Paraguay quedó fuera del Mercosur y la Unasur porque ambos bloques consideraron que fue destituido por un golpe parlamentario.

Explica que su sector no puede mantenerse aislado de todos los sectores que votaron por su destitución porque «así no funcionan las cosas» en el Senado y en el ámbito político.

Lugo relata que Masi, quien estaba como diputada cuando se resolvió el juicio político, fue quien se acercó al FG para hablar de varios puntos en común que tenía su bancada.

«Yo aprecio el gesto de Desirée de venir a la bancada del FG para discutir proyectos de ley en que coincidíamos. Sentimos que hay reconocimiento y acercamiento hacia el FG. Saben que somos consecuentes en nuestras posturas», dijo.

«Si tenemos interés en que se aprueben proyectos de interés nacional, debemos recurrir a estas personas (sus detractores), porque ahora estamos en otro escenario», subrayó.

Tras el juicio político, Lugo supo fortalecer el liderazgo que le quedaba, sobre todo en el interior del país y en

Borrón y cuenta nueva. Fernando Lugo conversa con el colorado Silvio Ovelar, uno de los que votaron por su destitución.
Borrón y cuenta nueva. Fernando Lugo conversa con el colorado Silvio Ovelar, uno de los que votaron por su destitución.

la región, escudado por el escaño que ganó en el Senado.

«La razón de la disciplina en el FG es que hay una dinámica interna de discusión constante de todos los senadores, siempre para actuar en unanimidad, y eso es lo que hace que los demás sectores nos respeten y nos reconozcan», puntualiza.

Alega que la elaboración del consenso es difícil, aunque «en la política uno nunca hace lo que quiere sino lo que debe como representante del pueblo».

(*) ultimahora.com

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