Algunos testimonios que derriban el informe oficial sobre la muerte de Estigarribia

Rafael Luis Franco

Estando de visita en Asunción, hace unos días (segunda quincena de mayo, 2023), tuve algunas conversaciones muy interesantes sobre el tema de la muerte de Estigarribia que confirmaban una breve historia que hace años me había comentado un señor, que aún vive, muy mayor él, oriundo de la zona de Altos, donde residía al momento que cayó el avión en que viajaban el general José Félix Estigarribia, su esposa y el mayor Carmelo Peralta de vasta experiencia como piloto y uno de los mejores sino el mejor de su época.

El informe oficial sobre la caída del avión Potez (biplaza) relata más o menos lo siguiente (párrafo extraído de la biografía del mariscal J.F.E. que escribió Hugo Mendoza): “El Centro Paraguayo de Ingenieros, por orden del Estado Mayor General, realizó un minucioso estudio de las causas de la tragedia. El mismo capitán José Bozzano, uno de los participantes, señaló que las pruebas determinaron una cristalización del acero de 1926, histéresis, cansancio o fatiga del material por sincronización de vibraciones y la clásica y fatal rotura del cigüeñal en la base del cono de la hélice. Tales conclusiones descartaron los actos de sabotaje imaginarios, elucubrados con motivo del accidente”.

Como se aprecia en este informe, oficial, entonces se comentaba popularmente la posibilidad de un sabotaje, que las mismas autoridades descartaron, para luego confirmar una gran falla mecánica. Sobre el término “histéresis”, raro para uno que no es ingeniero, que utilizó el capitán José Bozzano, encuentro las siguientes explicaciones: “Si se aplica al material un campo magnético alterno, su magnetización trazará un bucle llamado ciclo de histéresis. La falta de trazabilidad de la curva de magnetización es la propiedad llama a histéresis y se relaciona con la existencia de dominios magnéticos en el material”, y “el ciclo de histéresis es una representación gráfica de los diferentes estados por los que pasa el material ferromagnético a lo largo del ciclo de trabajo”.Y estas “versiones oficiales” técnicas son evidentemente difíciles de discutir para alguien que no sea un experto en la materia; pero resulta que hay testimonios y pistas sobre el caso que llevan a otra conclusión, para nada técnicos, que nos cuentan una historia totalmente distinta y que podrían llegar a ser la verdadera causa de aquella tragedia; les paso a relatar as conversaciones que tuve, omitiendo nombres ya que no tengo la autorización de los mismos, todos ellos coincidentes y sin tener relación personal unos con otros.

En una de las reuniones que asistí, a mi lado estaba un señor muy amable y divertido, hermano del anfitrión, que de improviso, o no recuerdo cómo llegamos al tema, me pregunta si sabía cómo murió Estigarribia, a lo que le respondí una versión que tenía relatada por el señor mayor oriundo de la zona de Altos, que comento al principio, donde me contó que cuando tenía 10 años (así que en la actualidad tiene unos 93) vieron u oyeron la caída del avión y se dirigió corriendo al lugar, y los primeros que llegaron por supuesto eran los chicos, como él, que corrían más rápido, es así que vio el cadáver de Estigarribia que tenía una pistola en la mano y luego alguien hizo desaparecer y no se habló más del tema; hasta ahí fue más o menos mi breve respuesta.

Luego él me dice, “ese señor te dijo la verdad” y pasa a contarme una anécdota del que fuera intendente de Villeta en época del gobierno de Estigarribia y al que este había ido a visitar pocos días antes de su muerte; me contó más o menos lo siguiente: que Estigarribia en charla informal le había dicho que su mujer (Julia Miranda Cueto) le tenía cansado, que constantemente le estaba amenazando, y que incluso llegó a ponerle una pistola en el cuello; luego otras anécdotas de la señora que solía ir pistola en mano a lugares donde suponía podía estar su esposo con alguna señorita; bueno, está demás decir que a Julia motivos de celos no le faltaban.

En otra charla me comentan el hecho que cuando Estigarribia iba a subirse al avión apareció la señora y a pesar que se le dijo que no había lugar en el mismo para ella, ya que el Potez era biplaza, no hubo forma de convencerla y así se sumó al fatal vuelo.

Por último una conversación que tuve con una de mis primas, en la cual ella recuerda lo que le contó su papá en una oportunidad que se visitó la viuda de Carmelo Peralta y le dijo más o menos lo siguiente: que su marido (Carmelo) tenía un tiro en la nuca y que para ella fue la señora de Estigarribia quien disparó.

Bien, hasta aquí las relaciones de personas que no se conocen entre sí pero que coinciden en cuanto a que hubo un arma de por medio y una posible situación de conflicto pasional por celos.

Entonces, la otra hipótesis, la que no es oficial ni técnicamente correcta, sería que estando en pleno vuelo la discusión subió de tono, la señora sacó el arma, quizás hubo un forcejeo, sino no se explica que la misma haya quedado en manos de Estigarribia, y accidentalmente se disparó matando al piloto en el acto, luego el avión cayó en picada. Porque el otro punto que no cierra del informe oficial, es que si hubo una falla técnica, el avión se queda sin motor, cómo el experimentadísimo piloto no haya intentado planearlo, da toda la impresión, de acuerdo a estos relatos, que Peralta se fue contra el volante y directamente el avión bajó de nariz.

Pero en fin, han pasado casi ochenta y tres años de la tragedia y nunca se podrá afirmar con certeza cómo sucedió; también, en alguna medida se comprende, si fue así como se cuenta en esta versión extraoficial, que se buscara ocultar a la opinión pública el escándalo familiar, propio de un final de novela trágica, para proteger a la familia; y, siendo un poquito mal pensado, los “amigos” de paso elevaban a un nuevo mariscal con el consiguiente prestigio partidario, que no sería posible si se conociera el culebrón familiar; es así que apareció en escena la “ histéresis”, y colorín colorado… esta historia se ha cerrado (aquí correspondería colorín azulado