“Maldita Guerra” o la mentalidad colonizada

A raíz del artículo ”¿Muero con mi patria?”, escrito por Jorge Rubiani y publicado en este sitio, el autor ha recibido varios e-mail de lectores, a uno de los cuales dio esta respuesta:

 Estimado Ingeniero:

Gracias por la respuesta. He leido«Maldita y guerra» y tengo otros (cerca de) 300 libros sobre la Guerra de la Triple Alianza, de autores paraguayos y extranjeros. No le diré que leí todos pero puedo decirle lo que contiene cada uno de ellos. No leí por ejemplo«Genocidio Americano» de Chiavenatto por múltiples razones que algúna vez que tengamos la oportunidad, le comentaré. Y tampoco leí el de C. Graham «Retrato de un Dictador», porque no me gustan los juicios que los autores (pecado de soberbia) anticipan en las tapas de sus obras. En este caso, el autor ya pretendió ahorrarnos el «trabajo» de pensar o analizar un tema o un personaje, estableciendo las sentencias y condenas correspondientes. Pero sabemos que hay gente que prefiere eso. Está bien, sea. Pero no creo que sea una científica ni correcta manera de aproximarse a la verdad.

Conozco a Francisco Doratioto y leí su libro. El no es, ni puede ser imparcial, porque es funcionario de Itamarati y responde funcionalmente a sus postulados. No es que no pueda escribir Historia. No puede ser imparcial en un tema que es de interés primordial de Itamarati (leer mas adelante la cuestión del Secreto de los archivos paraguayos). Es profesor de la Escuela Diplomática de la Cancillería brasileña. Y como tal, es mas leal a su Institución y a su Imperio que a la verdad. De hecho, en un reportaje que concedió al diario «LA NACIÓN» de Buenos Aires (que en este tema tampoco es imparcial), declaró que «en el Brasil, la Historia es una cosa seria». Esta frase fue título de la entrevista. Todo, porque la Sra Kirchner denominó «Francisco S.López» a una unidad de Artillería Blindada de no se donde. 

Es tan «seria» la Historia en el Brasil que el Gobierno de ese Imperio opera exactamente igual que en la posguerra de la Triple Alianza. En aquella época oscura de nuestra vida republicana, se presentan Jose Maria da Silva Paranhos, Vizconde de Rio Branco o, Joao Mauricio Wanderley, barón de Cotegipe, frente a esa entelequia que fue el gobierno nacional de la posguerra y le espeta: «Presenten sus documentos y negociemos los límites», sabiendo -como sabían los muy astutos- que habían firmado el Tratado Secreto determinando lo que iban a robarle al Paraguay y habiéndole robado durante la guerra, TODO SU ARCHIVO. 
Ahora cambian de estrategia pero hacen lo mismo: DECLARAN SECRETO los archivos relativos a la Guerra del Paraguay y los Tratados de Límites (Decreto del 19 de Febrero de 1969) mientras que sus funcionarios (Doratioto, Augusto Luíz Moniz Bandeira y otros) nos «cuentan» nuestra historia. La verdadera, la única. Y nosotros, los paraguayos corrremos a comprar esos libros… y recomendarlos. Y los hacemos tema de nuestras tertulias intelectuales. Mientras los libros de Efraín Cardozo, Blas Gary o del coronel Arturo Bray y de muchos otros extranjeros VEGETAN en las estanterías de los anticuarios.

¡¡¡Qué tristeza!!!, compañero. Y hay historiadores paraguayos que no dicen NADA ante tanta insolencia y el grosero atentado a una cuestión ÉTICA y CIENTÍFICA que es el libre acceso al conocimiento y la solidaridad intelectual. Y para que vea que Itamarati opera igual durante sus dictaduras militares o sus gobiernos «socialistas»: ahora el PT, partido y sostén de Lula en el Parlamento, está promoviendo que el Secreto se postergue por 75 AÑOS MAS … Y SEA PRORROGABLE!. O sea … «Secretos para siempre». Y póngale la música que Ud. quiera. Si no me cree, lea el boletín de prensa de Itamaratí que aparece en Internet.

 ¿Protestó el gobierno paraguayo ante este claro gesto de hostilidad hacia nuestro país?. NO (acuérdese que el secreto es sólo relativo a los paraguayos).

¿Dijeron algo, algunas de nuestras Academias o académicos?. Probablemente se hayan alineado al pensamiento de nuestra ex Cancillera que dijo -poco mas o menos que- «El Brasil puede hacer lo que quiera con sus archivos»

A propósito del libro “MALDITA GUERRA”, su mismo título es -al menos- una falacia para no hablar de algo mayor. Porque en las páginas interiores, el autor nos ilustra: “¡Maldita guerra, que nos hace atrasar medio siglo!”, frase que estaría consignada en una carta que el Barón de Cotegipe enviara al Barón de Pinedo, de 12 de Mayo de 1866.  No se trata de compasión al Paraguay. Es motivo de atraso para el Brasil. Ya sabemos que no fue así … pero ese es otro tema. En todo caso, fue un buen GANCHO DE VENTA de Doratioto/Itamarati para paraguayos incautos o des-avisados.
Sin embargo y de acuerdo a Efraín Cardozo, la expresión TAMBIÉN aparece en una carta de Caxías al Gral. Osorio, el 6 de Junio de 1867: “Vamos a ver, mi amigo, si concluimos con esta maldita guerra … que ha arruinado a nuestro país y que ya nos causa vergüenza por su duración” (Ver p. 231, “HACE 100 AÑOS”, tomo VI).  
 
De manera que, estimado Ingeniero, la historia nos enseña que muchos paraguayos se defendieron unos a otros y lucharon juntos durante la guerra, para destrozarse después, también unos a otros, siguiendo a cualquier caudillo o pendón. A propósito, en la presentación de «La Guerra de la Triple Alianza» que escribí para ABC, decía:
«…Al revisar los hechos que siguieron a la mayor catástrofe del Paraguay en toda su historia, resulta incomprensible que un pueblo de comportamiento tan valeroso y digno, no haya podido conservar después de la guerra, como un postrer desdén a su desgracia, como última afrenta al vencedor, algún gesto de solidaridad; algo de la elemental condescendencia entre los que comparten la caída; o de los que sufren una tragedia común. En el Paraguay de la posguerra, el recuerdo -o el olvido- de lo sucedido, avivó las malquerencias, la intolerancia y el menosprecio a toda forma de convivencia. Actitudes que se extendieron a lo largo del tiempo que medió entre los redobles de Cerro Corá y los fuegos de artificio que dieron la bienvenida al siglo XXI».

Y es la razón porque me niego empecinadamente a defenderme de la categorización de «lopizta» o «antilopizta» que me adjudican normalmente. Porque ambas recibo de gente que lee poco y entiende mal. El tema no es ese. No es ser lopizta o anti. Ni la discusión es si el Sr. López fue héroe o villano. NUESTRO TEMA es que la desaparición del Paraguay, o su reducción a una entidad nacional meramente simbólica y despreciable, ESTABA Y SIGUE ESTANDO en la mente de muchos imperiales. Y lamentablemente, de muchos paraguayos. 

Nuevamente a propósito, escribí en el «Mensaje» con el que culminó aquel trabajo en ABC, el 1º de Marzo de 2002:

«…Seguimos olvidando de contar a los niños de nuestras escuelas lo que pasó en nuestro país. Seguimos sin enaltecer los sitios de nuestro historia y seguimos haciendo trizas los ideales de nuestros mayores. Pero seguimos -también- sin pedir perdón a los que sufrieron los desvaríos de nuestros gobernantes durante la guerra y en otros acontecimientos posteriores. Seguimos sin recordar, reconocer y enaltecer a los que sufrieron desmanes, injusticias y persecuciones de toda laya porque la desmemoria nos ha hecho insensibles para asumir algún gesto de humanidad. Seguimos en el cómodo olvido que nos inhibe de asumir las obligaciones que nos impusieron nuestros mayores con su sangre: ¡dignidad y patriotismo!».

Como verá (y puede ver en cualquiera de mis libros), hablo de perdón a todos. A los que sufrieron y se equivocaron. Pero que aún en el dolor o en la equivocación, fueron dignos.

A nadie catalogué de héroe en ninguna parte. No es mi tema hacer apologías ni justificar desmanes.

 Con afecto de compatriota.

 Jorge Rubiani

Pd.: pongo a su conocimiento que envío copias a las mismas personas que envié el artículo «¿Muero con mi Patria?». Gracias.
 
El 20/08/2010, a las 12:37, Ing. Marcos Ortega escribió:

Arq. Rubiani, he leído su libro (recomendado) como usted bien lo reconoce: Un historiador “Part Time”. Con esto no quiero menospreciar su trabajo, sí reconocer y comprender la importancia de horas de investigaciones y reflexión (interpretación).  Lo difícil de escapar del nacionalismo (para no llamar fanatismo)  y la subjetividad humana. Es una tarea harto difícil.
 
De todas maneras voy a releer.
 
Ya que estamos en confianza le recomiendo re-leer “Maldita Guerra” que es un buen complemento para comprender la motivación, las posibilidades, y la omnipotencia de una persona acostumbrado a hacer su voluntad sin medir las consecuencias de sus actos. De un historiador sin ser paraguayo que ha tratado de sacarse el nacionalismo (fanatismo) exponiendo los hechos.
 
Saludos cordiales,

About the author

Comments

  1. Yo tambien recomiendo a todos mis hijos que lean este libro (yo no sabia la existencia de este libro, pero veo que expresa mi ma-
    nera de pensar y de sentir) y si yo tuviera que escribir algun libro seria este mismo. Claro que con las palabras de Juana Pueblo que no tiene estudios academicos sino ärandu Ca-aty.

Deja un comentario