El Paraguay de la post guerra (1)

Por Pedro Carlos Duarte (*)

 CONSECUENCIAS DE LA GUERRA

La post guerra y su posterior reconstrucción es uno de las etapas más importantes después del desastre en que quedo el Paraguay, historiadores y cuentistas sociales consideraron claves revelar la última etapa del siglo diecinueve para entender mejor lo posterior a la historiografía de este país. El Paraguay tuvo que ser reconstruido tras el genocidio cometido por los aliados, luego se tiene que adoptar una constitución de corte liberal (1870), con la adopción de reglas capitalistas, el sistema económico se abrió al sector privado. En este periodo los actores políticos nacionales e internacionales jugaron un papel muy importante, reflejaron sus herencias históricas en implementar una democracia liberal basado en el régimen capitalista.

Los protagonistas de esta historia respondieron efectivamente a los problemas que presentaba el Paraguay desolado de la post guerra, en ese sentido podemos decir que hubo desajustes y desencuentros que limitaron el proceso de transición a un régimen democrático capitalista hasta fines del siglo diecinueve, muchos de los cuales continúan limitando el propio funcionamiento de la democracia de la actualidad.

Trataré de sintetizar en cuatro capítulos la reorganización de este país devastado tras la guerra.

La negociación de los términos de la pacificación definitiva con los Aliados y el retiro de las fuerzas de ocupación, la implementación de una nueva constitución, y el establecimiento de un sistema capitalista. La lucha de las facciones políticas en el poder hasta su estabilización. Luego veremos la pacificación del país bajo el gobierno del general Bernardino Caballero y el general Patricio Escobar. La venta masiva de tierras públicas, la fundación de los partidos políticos, el ascenso de un grupo de colorados al poder, sus experiencias en el gobierno el sistema bipartidista, la radicalización y lucha de los dos partidos políticos.

EL PAÍS DEVASTADO

En enero de 1869 la bandera del Brasil, flameaba en el mástil del Palacio de López. Las fuerzas invasoras del Brasil, tomaron la ciudad sin encontrar resistencia. La población de asunción se encontraba bajo el régimen de ocupación. El mariscal López poco después iba a morir. La ciudad se encontraba desolada, abandonada, una buena parte de la población se había refugiado en el interior. En cualquiera de los casos la perdida demográfica del Paraguay probablemente estuvo entre el cincuenta por ciento de la población total, no quedaban hombres, se cree, que había cinco mujeres por cada hombre.

Esta pérdida demográfica no tiene comparación en el hemisferio difícilmente superada por otros escenarios bélicos, la maquinaria estatal de los López fue barrida tras la larga guerra, el gobierno no existía, el legado personalista de la conducción política del gobierno agravó la situación, pues no había líderes quien podía tomar las riendas del gobierno y por ende el país.

La situación en la capital era calamitosa como así también en el interior la población no existía. Había muy poca gente, ya nada quedaba, el Paraguay estaba en ruinas.

A nivel económico también era un caos, las industrias de bandera del régimen de López, la fundición de hierro, el arsenal, los astilleros desaparecieron como consecuencia de las acciones propias de las fuerzas armadas en retirada.

La producción agrícola cayó drásticamente, las plantaciones de caña de azúcar, maíz, arroz, mandioca, algodón fueron abandonadas por culpa del reclutamiento masivo para la guerra.

El éxodo poblacional tomó nuevas dimensiones, muchos paraguayos prefirieron irse, eligieron Corrientes, Mato Grosso, pero también hubo un incremento de ingresos al país, especialmente aquellos que fueron perseguidos por López, y que vieron que una vez muerto el Mariscal, habría un cambio en la política de gobierno.

GOBIERNO PROVISORIO

El primer paso que se tenía que hacer era crear un gobierno provisorio, que dirigiera a el Paraguay, el grupo de los integrantes de la “legión paraguaya”, fue el principal núcleo de exiliados que volvieron al país tras la caída del régimen de López, muchos de estos exiliados eran de la época de don Carlos Antonio López, en ese exilio forzado en Buenos Aires tomaron las ideas liberales en boga en esa época en el Río de la Plata.

El origen de la “legión paraguaya”, data de 1858 con la creación de un club llamado Sociedad Libertadora, su intención era aglutinar en el extranjero a todos aquellos paraguayos disidentes con el gobierno de López.

Dos familias fueron las principales los Iturburu y los Decoud que se disputaron la organización desde el inicio.

En abril de 1865 los miembros dela Asociación Paraguaya ofrecieron sus servicios militares a los ejércitos del Brasil y la Argentina. Una vez concluida la guerra, estos legionarios volvieron al Paraguay y una vez en Asunción comenzaron a trabajar en la conformación de un gobierno de transición.

El 31 de marzo de 1869 se crea el club Unión Republicana, el acta de fundación se firma en la casa de los Iturburu. Estuvieron presente Salvador Jovellanos, Juan B. Egusquiza, José Díaz de Bedoya y otros destacados miembros de la línea dura del lopizmo. Cándido Bareiro, y Cayo Miltos estuvieron en la reunión, estos hombres eran miembros del gobierno de López, que fueron enviados a Europa, y pudieron regresar solo al final de la guerra.

El sector de los Decoud fundó el 26 de junio del mismo año el Club del Pueblo, que proclamo como líder a José Segundo Decoud, y a los hermanos Antonio y Rufino Taboada, una vez formados estos grupos se lanzaron a buscar votos favorables de los ejércitos de ocupación.

En ambos casos debemos de decir que las facciones políticas locales en puja por el poder comenzaron una batalla frontal por ganarse la simpatía de los ejércitos aliados. Esta batalla por el poder local se convirtió rápidamente en una instancia más de la competencia geopolítica entre la Argentina y el Brasil, por el control de la región.

(*) neike.com.py

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