El primero de ellos fue muerto a tiros, cuyo cadáver posteriormente fue decapitado en tanto que el segundo, que debía haber sido estrangulado con garrote vil, pero por temor a ser liberado por la multitud, fue degollado camino al cadalso
Fernando de Mompox, quien conoció a Antequera (1) en la cárcel, había logrado escapar y, habiendo abrazado la causa de los comuneros paraguayos, llegó clandestinamente a Asunción y se convirtió en el nuevo líder e ideólogo de la insurrección. Con la llegada de Mompox a Paraguay, la revolución de los comuneros entró en una segunda etapa.
Si al comienzo los levantamientos habían sido orientados por los encomenderos y apoyados por el resto de la población, en esta nueva fase la dirección pasó a manos del común o pueblo llano; la lucha ya no sería sólo contra los jesuitas, sino contra el poder del virrey y de la Corona hispana.
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Para profundizar el tema de la Revolución de los Comuneros, recomendamos la lectura de los dos tomos (imprescindibles) del libro “El grito de Antequera” escrito por Gilberto Ramírez Santacruz, paraguayo residente en Buenos Aires
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- NOTAS DE REDACCIÓN:
(1) José de Antequera y Castro, prestigioso abogado panameño y legislador notable, había llegado a Asunción en 1721 enviado por la Audiencia de Charcas como juez pesquisidor, debido a la gran cantidad de quejas contra Diego de los Reyes Balmaceda, a la sazón gobernador del Paraguay (2), Antequera, tras constatar las denuncias, destituyó y apresó al gobernador
(2) La gobernación del Paraguay, llamada originalmente «Gobernación del Guayrá», fue un área administrativa integrante de del Imperio Español, que perteneció al Virreinato del Perú hasta 1776 y al Virreinato del Río de la Plata hasta 1782, fecha en que se crea la Intendencia del Paraguay, la cual duró hasta 1811. Desde 1811 en adelante, gran parte de esta Gobernación dio lugar al Estado-Nación moderno llamado hoy República del Paraguay.
