134 años de la muerte de Elisa Alicia Lynch: falleció en París el 25 de Julio de 1886

 

Noelia Quintana Villasboa (x)

Muerto el Mariscal López, triunfantes, los enemigos del Paraguay Independiente, en ella se reconcentraron el odio de los que guiaron al invasor y participaron en el exterminio de nuestro pueblo.

Cuando llegó prisionera a Asunción, después de ver morir a su compañero y a su hijo mayor, iniciaron contra ella su persecución, pidiendo por nota al representante del emperador que se le secuestraran las ingentes riquezas que traía de las que fueron despojadas. 

José María Da Silva Paranhos

La categórica respuesta de José María Da Silva Paranhos, fue  rotunda lección a las impostoras. Elisa Lynch, no tenía en su poder nada que represente riquezas. Más todavía dirigió una nota al diario de los Decoud, en la que pide a sus acusadoras gratuitas que enumeren y especifiquen las alhajas de que fueron despojadas y digan si alguna vez, la vieron usar alguna que no fuera legítimamente suyas. Su altiva Actitud enmudeció a las que bailaban en las carpas brasileñas, mientras ella enterraba en Cerro Corá al mártir de la causa nacional. 

Pero la campaña difamatoria continuó, cada vez más enconada y feroz. No contentos con calumniarla por la prensa, encargaron al aventurero Vicencio que escribiera un panfleto contra el Mariscal y contra ella, que fue declarada texto de lectura obligatorias en las escuelas y batían palmas al novelón de Héctor Varela y anunciaban desde la Regeneración la próxima aparición del libro caricaturesco de Bermejo dice O’leary “ Bermejo y Varela! Los dos antiguos protegidos de López, defensores y propagandistas a sueldo en los días de nuestra riqueza y poderío”. 

Frente al odio y la mentira trató en vano defenderse, sus acusadores fueron acusados por ella ante los tribunales argentinos, y en la prensa porteña se dejó oír su voz, respondiendo a sus difamadores, sin que nunca dejara sin contestación las acusaciones que le hacían. 

Juan E.O’Leary

En 1875 tuvo el valor de presentarse en Asunción, desafiando a sus enemigos, para defenderse y hacer valer sus derechos. Fue aclamada por el pueblo y llevada entre vítores hasta su domicilio, donde recibió ofrendas florales entre los acordes de una banda de músicos. Le habían asegurado que sería lapidada por el pueblo y ese pueblo le rendía homenajes de simpatía y admiración. Y así, pudo decir en carta al diario de los Varela, a su regreso “ el pueblo que supo morir sin quejarse, que prefirió el sepulcro a la humillación, escribiendo una página heroica en la vida de la humanidad, no ha de tener por sucesores a los regenerados que guardan sus bríos para insultar bajo el anónimo a una mujer en desgracia”  ( citado por Juan E. O’ Leary). 

En su libro Exposición y Protesta escrita por ella en 1875 en Buenos Aires, es una síntesis de su vida y de las tribulaciones, es su mejor defensa contra la impostura y gran difamación, escrita con una lógica irrefutable. 

Manuelita Sáenz

Esta mujer unió su destino al Mariscal López, no era una mujer casada, como la Libertadora de Bolivar, su matrimonio fue anulado y su esposo se volvió a casar. No era una adúltera como Manuelita Sanz, ni puede acusársela de haber hecho en el Paraguay la vida escandalosa. Fue una mujer de extraordinario talento, supo darse su lugar y se impuso por su don de gente, por sus maneras refinadas y por el encanto de su gracia. 

El Nuncio Apostólico y su auditor mencionaban en agosto de 1862:

Me es muy grata la oportunidad que me proporciona la distinguida señora D, Elisa Lynch para manifestarle que en mi corta permanencia en el Paraguay he admirado no sólo los ricos y abundantes dones con que la divina Providencia lo ha favorecido, sino también sus adelantos en todo sentido, el trato fino y amable de sus habitantes, y con especialidad, la acertada política del hombre eminente que dirige sus destinos. Felicito, pues, a la Señora Elisa Lynch por haber elegido para su residencia este país tan privilegiado.

Mariano Marini- Nuncio Apostólico——

Ala señora Doña Elisa Lynch:  . Pocos son los días de dicha, muy estimada e interesante Señora, pero el haber podido apreciar muy de cerca las caras prendas que le adornan, ha sido uno de ellos para el se honra en suscribirse su afectísimo y seguro servidor.

Luis del Vecchio – Auditor de la Nunciatura

Elisa tuvo siempre enemigas y no ignoramos quienes eran, las mismas que participaron en las orgías del vencedor. Extraña por completo en la vida política, se preocupó sin embargo por ayudar a los menesterosos y en los tiempos de guerra, fue la animadora de nuestro ejército, la que velaba sobre nuestros heridos en los hospitales de sangre y hasta se preocupaba por los prisioneros enemigos. De todo lo mencionado tenemos pruebas documentadas, de lo que no queda ni rastro de que haya intervenido en nuestra vida política internacional. Fue grande en los días de infortunio, vivió en su viudez con decoro y la dignidad que corresponde. 

Juan E. O’ Leary menciona que es absolutamente falso que haya muerto en la miseria, que la Municipalidad de París José María Da Silva Paranhos tuvo que costear su entierro. Murió en una mansión del Boulevar Pereire y fue enterrada en el aristocrático cementerio del Pere Lachaise, estuvo a su lado en sus últimos momentos su hijo, el ingeniero Federico López, que en nombre de todos sus hermanos, le levantó el monumento fúnebre de piedra tallada.

La heroína de Cerro Corá tiene todos los derechos de descansar con el gran Mariscal de la Epopeya los honores del Panteón Nacional. 

(x) historiadora paraguaya – http://noeliaquintana.blogspot.com

 

 

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