Su propia racha por supuesto. Hasta ayer la selección inca nunca ganó en Asunción en un partido en eliminatorias, noche que se convirtió en una pesadilla para la ‘gloriosa’ albirroja paraguaya. 4 a 1 fue el resultado final
Perú, también con camiseta albirroja/blanquirroja, fue al descanso con un resultado adverso. En el segundo tiempo, la estrategia de Chiqui Arce fue apostar al contragolpe. Craso error, porque a partir de ahí comenzó a funcionar la orquesta sinfónica de la banda roja bajo la batuta del ‘curepa’ Ricardo Gareca.
Tres sablazos, tres arietes peruanos en forma de pelota envenenada, perforaron las redes guaraníes. ¡Cómo que tres! ¿No fueron cuatro? Sí, pero el cuarto fue un gol en contra que, justamente empeoró aún más el marcador, Ah… el solitario gol paraguayo fue obra de Cristian Riveros
Aunque parezca una perogrullada, repetimos lo dicho en esta página hace apenas tres días: “ cada partido es una incógnita diferente que se disputa dentro de la cancha con 11 jugadores por cada bando, durante 90 minutos y el resultado aleatorio contempla tres posibilidades: ganar, perder o empatar cuando el referee de la pitada final al encuentro”.
Pero eso no saca la amargura de haber mordido -como local- el polvo en pleno estadio Defensores del Chaco, amargura que compartimos los que vivimos dentro y fuera del país: miles televisores, celulares, tablets y radios fueron apagados antes de terminar el maravilloso –para los peruanos- encuentro en Asunción.
Ahora, como es lógico, tendremos que soportar por lo menos una semana, el plagueo y los sesudos análisis de los periodistas paraguayos especializados en este esférico deporte, cuyos comentarios, seguramente, nos explicarán las causas de este catastrófico resultado.
Nosotros, en tanto, nos encomendaremos a San Petersburgo, rogando por un milagro para que la selección paraguaya pueda llegar a Rusia 2018
