Guararápe, sarambí hápe, osẽhaicha

Improvisada, desordenada, “a cómo salga” fue la performance futbolera de la albirroja ante Venezuela. Parece que al elenco guaraní le indigestó el vinotinto bolivariano. Consejo al lector: si quiere ver el buen fútbol paraguayo, debe asistir al Campeonato Interligas de los pueblos del interior de nuestro país.

Nuevamente un santo se hizo presente para la clasificación del seleccionado paraguayo a la final de la Copa América: San Expedito, el santo de los imposibles.

En Buenos Aires, los camarógrafos y periodistas de TN fueron los testigos privilegiados que pueden testimoniar fehacientemente -con imágenes y palabras- el sufrimiento y los despotriques- de “la perrada” que se dio cita en la sede del Deportivo Paraguayo. Y también de los gritos de alegría -con el sonido de  los bombos y tambores como fondo- cuando san Justo Villar, atajó el penal decisivo que dio la victoria final al equipo tricolor.

Los jugadores que actualmente integran la selección paraguaya es lo que tenemos “es lo que hay”, para sostener la esperanza de alzarnos el próximo domingo, por tercera vez en la historia, con la Copa América. Si ello ocurre, como buenos exitistas que somos, la “albirró” será la mejor de esta parte del mundo.

Así,  no habrá sido en vano la entrega total que puso en la cancha el onceno guaraní en su enfrentamiento con Brasil y Venezuela.

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