El 30 de mayo, se inauguró en la ciudad de Concepción la moderna Casa de la Cultura, ubicada en Mariscal López casi General Garay, haciendo realidad el sueño de la sociedad concepcionera..
En el salón auditorio, el director de Educación y Cultura, Teófilo Medina brindó una reseña histórica de la Casa de la Cultura, espacio que por resolución Municipal lleva el nombre de Carlos Colombino. La ministra de la Secretaría Nacional de Cultura (SNC) y el Intendente Municipal, Alejandro Urbieta, destacaron la importancia del acontecimiento.
La idea de este nuevo espacio, que albergará las actividades culturales de la ciudadanía, surgió ya hace varios años y fue posible gracias a la unión de esfuerzos de varios profesionales concepcioneros. La construcción contará con un salón de eventos y biblioteca, en el bloque del fondo estará el museo que tendrá tres niveles y un patio interior que servirá para la realización de actividades al aire libre. La construcción mantiene un lenguaje posmoderno, construido mayormente con tecnología y materiales locales.
La Secretaría Nacional de Cultura invirtió en la construcción de la segunda etapa de la Casa de la Cultura más de 920 millones de guaraníes, y seguirá apostando a esta iniciativa invirtiendo recursos para su equipamiento. Además, brindará un asesoramiento técnico para la realización de un guión museográfico y de historia de todos los bienes y objetos de su acervo.
Breve historia de la Casa de la Cultura de Concepción
En el año 1994, de la mente del gran maestro Carlos Colombino y del tenaz compromiso de un soñador como Ramón Sienra Zavala, nace la idea de construir un espacio dedicado a la cultura, las artes, las tradiciones y la creatividad en la Ciudad de Concepción, siendo el intendente de aquel entonces de la ciudad Juan Princigalli.
Para realizar el proyecto se unen varios profesionales concepcioneros de la construcción y luego de la aprobación por parte de las autoridades y con gran entusiasmo de toda la ciudadanía, se dio inicio a las obras en el año 1995. La estructura inicial y primera etapa de la obra se culminó en el año 1998. Desde ese entonces se paralizó la construcción y tuvo una interrupción de 15 años, lo cual ocasionó el colapso de la estructura construida. Este infortunio caló profundo en el ánimo y el deseo de los concepcioneros de ver culminada la obra.
En el año 2012, gracias a las gestiones del entonces Ministro de la Secretaría Nacional de Cultura, Ticio Escobar, del entonces Director General de Archivos, Bibliotecas y Museos, Carlos Colombino, y otras autoridades nacionales, se obtiene la disponibilidad de recursos dentro del Presupuesto General de Gastos de la Nación correspondiente a la Secretaría Nacional de Cultura, dependiente de la Presidencia de la República. En ese mismo año se adjudica la Licitación Pública Nacional N° 01/2012 “Construcción de la Casa de la Cultura Concepción – Segunda Etapa”.
Esta segunda etapa de la obra se inicia hacia finales del mes de enero de 2013. Posteriormente, por problemas financieros esgrimidos por el contratista y por falta de pago de la contratante, se comunica a la SNC el paro de la construcción en el mes de junio del año 2013. Este suceso trajo como consecuencia la rescisión del contrato por parte de la Secretaría Nacional de Cultura, en tiempos de la Ministra Graciela Bartolozzi, en fecha 12 de agosto de 2013. Con todo esto, la Casa de la Cultura de Concepción quedó nuevamente en estado de abandono y sin visos de una palpable culminación.
Retomar los procesos para la culminación de la obra ha significado para la actual Ministra de la Secretaría Nacional de Cultura, Mabel Causarano, no solo un gran esfuerzo de gestión administrativa, sino también una valiente determinación de salvaguardar un valioso patrimonio, que sería utilizado en beneficio de todos los ciudadanos de la ciudad de Concepción. Es así que el 9 de setiembre de 2013, la Secretaría Nacional de Cultura, ante la buena predisposición del contratista de culminar la construcción, y tomando en consideración que el perjuicio sería mucho más cuantioso e irreparable en caso de que la obra no fuera culminada, se suscribe un “Acuerdo Privado de Partes” para la prosecución de los trabajos, que permitió que aquel ambicioso y noble sueño gestado hace veinte años se convierta en realidad.
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