¿Casualidad o predestinación?, el año 1989 tuvo dos coincidencias significativas que marcaron y dieron nuevas alas a la vigencia de la libertad: la caída del muro de Berlín y la vuelta a la democracia en el Paraguay.
Justamente para exaltar lo ocurrido en nuestro país, anoche estuvieron presentes en el Centro Cultural del Paraguay en Buenos Aires, dos notables compatriotas nuestros: la excepcional cantante de nivel internacional Lizza Bogado conocida también por la juventud como la ‘mamá guasú del folklore’ quien, juntamente con Benjamín Fernández Bogado, descomunal periodista, doctor en derecho y director del diario 5 días, reeditaron el espectáculo denominado “DEMOS/GRATIA” presentado en el Teatro Municipal de Asunción el 21 de febrero del año en curso.
Los residentes paraguayos en ésta ciudad, pudieron observar por primera vez en más de medio siglo, un nuevo formato de acto cultural, esto es la intercalación de la palabra con el canto para analizar en profundidad la realidad nacional lo que hizo más amena la velada, logrando que los concurrentes se sintieran sumamente complacido
La profesionalidad de este matrimonio se vio evidenciada desde el principio del evento: encararon con solvencia la manera de cautivar a los presentes recurriendo primeramente a resaltar el significado de la gesta de los niños de Acosta Ñú tanto en la exposición del disertante como de la entonación de la inmortal canción que en sus estrofas recuerda la resistencia heroica de “niños y ancianos que pusieron pechos de acero y py’a guasú”, ante el triple invasor. Una apelación al patriotismo tan necesario aún en esta época para consolidar la democracia tan duramente conquistada tras 35 años de autocracia.
El complemento necesario e ineludible estuvo dado por destacar, seguidamente, el valor de la potencialidad de los que habitan nuestra patria, conformado por un altísimo porcentaje de jóvenes menores de 30 años, un activo poblacional en el que está cifrada la grandeza futura del Paraguay y a quienes el gobierno debe estimular dándoles una educación acorde con los tiempos actuales, conocimientos aptos para enfrentar con éxito los desafíos a los que sin duda encontrarán en el trayecto.
Paralelamente, el disertante rescató la importancia de los ilustres exiliados que optaron por Argentina como residencia y dieron brillo a nuestro país tales como Augusto Roa Bastos, Elvio Romero entre otros.
También se refirió a los que emigraron de nuestro país a Bs. As. convirtiendo a esta geografía como la ciudad más habitada del Paraguay, relegando a segundo término la mismísima Asunción.
Y en ese instante se elevó la voz blanca de Lizza interpretando el tema ‘Dulce tierra mía’, letra de Augusto Roa Bastos y música de Agustín Barboza, tan caro a los sentimientos y nostalgias de los “paraguayos de afuera”, canción que en nuestro dulce idioma guaraní expresa: Purahéi yma jeyma ambopyahu, nde pire yvoty añatoî haguâ, che anga ojope py’a tarová, ha mandu’a che mo akanundu
Relatar de este memorable evento -que fue realmente imperdible- en toda su extensión y su carga de emotividad, escapa a nuestra capacidad. Lo que sí podemos hacer es agradecer a los responsables de esta “puesta en escena” cultural en Bs. As. y que agradeceríamos aún más si se realizaran con más frecuencia.
