Hasta ahora… ¡Ninguna referencia a los migrantes!

Marta Vera Antonelli (*)

Los acontecimientos acaecidos en Paraguay que culminaron con la destitución de Fernando Lugo, comprueban una vez más que la “Nación Paraguaya” se extiende bastante más allá de nuestras fronteras, sin embargo, los paraguayos de afuera seguimos esperando por nuestras demandas.

Casi con toda certeza, los periódicos digitales y las emisoras radiales y televisivas que emiten programación a través de Internet, habrán experimentado récords históricos de visitas en las últimas jornadas. A través de las redes sociales fue posible advertir que los y las compatriotas residentes en el exterior, siguieron con atención y preocupación los pormenores del juicio político mediante el cual los parlamentarios -por aplastante mayoría-, decidieron apartar a Lugo de sus funciones como Primer Mandatario de la Nación.

Para quienes residimos en el exterior, -y en esto creo interpretar a muchos de mis compatriotas migrantes- no ha sido nada fácil tratar de explicar lo sucedido. Nuestras amistades, compañeros de trabajo o ciudadanos comunes que siempre muestran interés por saber algo más de nuestro país, han quedado una vez más desconcertadas… Si ya nos había significado bastante esfuerzo explicar que un sacerdote (bautizado como el obispo de los pobres) haya decidido candidatarse a Presidente, que el ex obispo de los pobres haya sido elegido Presidente de la República nada menos que con el apoyo del partido Liberal, que a solo meses de su mandato recibe una andanada de denuncias de paternidad que lo obligan a reconocer hasta ahora a dos hijos… hoy nos cuesta aún más, explicar cómo el Presidente luego del grave y confuso allanamiento a un predio en Curuguaty (del cual hasta hoy existen versiones encontradas) en el que pierden la vida 17 compatriotas, nombra como su nuevo ministro del interior a un reconocido militante del Partido Colorado, colectividad opositora a su gobierno, hecho que en definitiva genera el inicio del juicio político que culmina con su destitución.

Contribuyen a esta confusión las duras reacciones de varios gobernantes sudamericanos que expresaron su “más enérgica condena a la ruptura del orden democrático por no haberse respetado el debido proceso”, junto a la reacción de una buena parte de la prensa internacional y diversos grupos afines al gobierno, que afirmaron que la destitución del Presidente paraguayo habría sido producto de un golpe de estado, esto mientras simultáneamente representantes de los poderes del Estado (parlamentarios, poder judicial y parte del propio ejecutivo) sumados a un importante sector de la ciudadanía, sostenían que el juicio político se había desarrollado conforme a los preceptos constitucionales en un proceso legal y legítimo y que la indignación internacional contrastaba con el ambiente de absoluta normalidad y tranquilidad que se observaba en el país, discusión que por cierto se instaló rápidamente entre las distintas colectividades de compatriotas residentes en el exterior.

Es este complejo escenario, no del todo sorpresivo (hubo ya una veintena de intentos previos por enjuiciar al ex mandatario) nada se ha dicho respecto a la migración, cuyas múltiples demandas continúan aún pendientes. Curiosamente hasta el momento de finalizar esta nota, la Secretaría de Desarrollo para Repatriados y Refugiados Connacionales vinculada directamente con los migrantes, continúa acéfala.

Lo anterior, sin mencionar que no hubo hasta ahora ninguna referencia de las nuevas autoridades respecto los y las migrantes, tampoco los miembros del Congreso se han pronunciado respecto a la reglamentación del artículo 120 que permite efectivizar el derecho a voto de los paraguayos residentes en el exterior.

Cabe esperar que este favorable ambiente “de acuerdos” entre las diferentes colectividades políticas representadas en el parlamento, permita de una vez por todas avanzar en esta tarea inconclusa.

(*) abogada paraguaya radicada en Chile

About the author

Comments

Deja un comentario