Por: Micaela Cattáneo (*)
“La última tierra” es el último proyecto cinematográfico de Pablo Lamar, que se proyectará esta semana en las pantallas del Teatro América del Centro Cultural Paraguayo Americano. La película reflexiona sobre los ecos que la muerte trae a la vida misma.
“¿Por qué vos siendo tan joven hacés una película sobre la muerte, tan oscura?”, me contaba Pablo, trasmitiendo la pregunta que una señora le había hecho sobre uno de sus cortos, partícipe, años atrás, del Festival de Cannes: ‘Ahendu nde sapucái’. Su respuesta ante aquella duda incluyó parte de la propia pregunta: “Justamente porque soy joven y tengo una vida por delante, trato de contestar aquello de qué es la muerte”.
«La última tierra» -a diferencia de ‘Ahendu nde sapucái’-, aborda el tema de la muerte pero con retratos más cerrados, donde los gestos o corporalidad de los personajes establecen un diálogo íntimo con el espectador. Afrontarlo desde un largometraje es, según Lamar, una cuestión de mayor intensidad, que en definitiva, define a la película.
La película comenzó a exhibirse desde ayer y se extenderá hasta el domingo 18 de este mes en el Teatro de las Américas del CCPA en Asunción
“La película pasa mucho por el afecto”, sentencia y vuelve a la trama que construye su narración: “En realidad, la pregunta de qué es la muerte recae directamente en qué es la vida; tiene un vaivén. Lo bueno de preguntarse eso es que, de cierta forma, se desconstruyen los contratos que la sociedad suele elaborar”, explica el director
El relato toma forma con los personajes, encarnados por el actor paraguayo Ramón del Río (Hamaca paraguayade Paz Encina) y la actriz brasileña Vera Valdez (El fuego fatuo de Louis Malle), quienes forman una unidad actoral extraordinaria; por sus actitudes corporales envueltas de una presencia armoniosa y un idioma que moldea la convicción de lo que se quiere contar a través de la pantalla.
La película cuenta con las actuaciones de Ramón del Río y Vera Valdez, y relata la lucha de un hombre anciano lidiando con la muerte de su esposa, en un escenario de soledad y pobreza alejado de las ciudades.
Ambos, una pareja de ancianos, rodeados nada más que por el paisaje de un cerro aislado. Ella muere, él la extraña; debe enfrentar esa pérdida y descubrir el peso de la vida y la muerte. “La película trata de los ecos de la muerte reververando en la vida”, sintetiza el realizador de este audiovisual que se llevó el “Premio especial del jurado” en la competencia Hivos Tiger del Festival de Róterdam (Holanda) de este año.
“El propio personaje, al perder a su esposa, levanta un remolino que desconfigura su existencia. Creo que eso nos sucede cuando algo nos impacta mucho, no sabemos cómo continuar porque parte de nuestra realidad se descontracturó”, explicó Lamar, explorando con palabras el impacto que genera la muerte en el personaje, no sólo por la desaparición física de su mujer, sino también por la idea que se tiene de lo efímero de la vida.
La expectativa de Lamar se nutre de curiosidad, pero no con la pretenciosa taquilla porque lo dice concretamente: “No es el tipo de película para ello”, y agrega: “La última tierra es una oportunidad para ver cine diferente en nuestro país, algo no tan frecuente en Paraguay”
(*) lanacion.com.py (entrar en el sitio para leer el artículo completo).
