Navidad del Inmigrante: Navidad sin Paraguay

Por Francisca Segovia *

 Recuerdo la canción… “Ya está el pesebre adornado, el niño en su lecho está. La virgen vela sus sueños, la noche de Navidad”. Navidad de Flor de Coco. Navidad del Paraguay”

Cómo olvidar las noches de Navidad paraguaya. Cómo borrar de la mente y el corazón tantas fiestas de pesebres adornados con frutas de nuestra tierra, perfumando toda la casa y el corazón. Cómo no sentir nostalgia de las risas, los cantos con guitarra, las bombitas y hasta los plagueos de la abuela tratando de proteger a los nietos de los famosos mbocavichos.

 

Es difícil, hasta imposible, no añorar en la distancia, la mesa llena de manjares típicos de nuestra patria. El clericó con durazno casero, uvas, banana, manzana y naranja con su toque de sidra y vino dulce que desde la tarde ya es la compañía inevitable en la cocina, armando el pesebre, recibiendo a los amigos y vecinos.

Cómo no recordar y sentir un gran vacío en el corazón y el alma, al pensar que se nos va la vida lentamente lejos de los nuestros perdiendo momentos que jamás volverán.

Cómo hacer para detener el tiempo en la distancia y recapitular tantas circunstancias vividas por los seres queridos que no pudimos compartir por la falta de futuro y la pobreza que nos obligó a buscar nuevos horizontes en países lejanos.

Cómo hacer para detener las lágrimas que salen sin ser invitadas. Que bañan nuestros rostros al sentir el corazón los deseos de volver y no poder, por diferentes circunstancias.

Quisiéramos volar como los pájaros, atravesar las fronteras y confundirnos en un abrazo de amor con los nuestros.

Ser inmigrante no es fácil. Muchos creen que por estar viviendo en países del primer mundo uno está de vacaciones disfrutando de los avances del país rico a donde por necesidad vinimos a parar con nuestros huesos. Olvidan que desde el momento que subimos al avión y dejamos atrás nuestra patria, no somos otra cosa que extraños en tierras ajenas con todas las consecuencias que eso conlleva.

Nadie puede saber lo que siente un inmigrante hasta que no le toque vivir en carne propia lo que es ser diferente al ambiente en que se procura sobrevivir. Porque muchos de nosotros, no vivimos, sobrevivimos por la gracia de Dios.

Pero como la esperanza es lo último que muere, los inmigrantes paraguayos dispersos alrededor del mundo, seguimos aguardando porque tiempos mejores lleguen y podamos regresar. Seguimos teniendo la ilusión que vientos de paz y progreso nos devolverán a nuestras amadas campiñas. Nos aferramos con todas nuestras fuerzas y esperanza que cuando volvamos no vamos a ser extraños en nuestro propio país y que la sociedad no nos van a convertir en paraguayos de segunda clase.

Mientras eso ocurra, continuaremos luchando con las armas del trabajo y la perseverancia por sacar adelante desde la lejanía a los nuestros. A los hijos que quedaron y que tienen la oportunidad de seguir estudiando y forjando su presente con proyección de futuro.

Muchos dejamos nuestras carreras universitarias a medio terminar, y tal vez, cuando regresemos ya va a ser muy tarde para continuar. Mas la satisfacción de haber entregado nuestros sueños en pos de los de nuestros hijos y seres queridos es la recompensa que nos queda en el corazón.

Mombyry güive lleguen nuestros deseos de felicidad y consuelo para todos los inmigrantes que van a pasar una vez más otra Navidad sin Paraguay. Igualmente, felicidades para todos los inmigrantes del mundo

 *www.elmiradorparaguayo.com – 06-12-08

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Comments

  1. Si querido hermano, ser inmigrante no es fácil, al principio nos sentimos como debil plantita transplantada en un lugar inhospito
    donde nada es igual, poco a poco nuestros paladares se fueron acostumbrando a nuevos savores,nuestros oidos a otros sones,aprendiendo un trabajo para el que no fuimos entrenado conociendo a nuevas gentes a quienes ni les importan nuestras lu-
    chas y tragedia.Alli en verdad empezamos a crecer para asi poco a poco integrarnos a nuestra nueva comunidad y si tenemos algo
    que ofrecerle,como ese don precioso que llamamos Amor , entonces empezamos a sonreir y amar a todos los que nos rodean y asi ya no somos extranjeros sino hermanos integrados¡por fin !a nuestra nueva vecindad .
    La Navidad es celebrada en el mundo entero, cada región lo feste-
    jan segun sus tradiciones, y…mirandolo positivamente ¡que buena oportunidad para conocer sus costumbres y gustar sus comidas regionales y
    cuando llega la media noche nos abrazamos todos juntos diciendo:
    Feliz Navidad….! Somos ciudadanos de la tierra y pertenecemos
    todos a una misma hermandad: LA HERMANDAD HUMANA.y el Amor es
    universal. Claro ..para esto se debe haber sufrido bastante y asi
    crecer, crecer..de tal manera que nos liberamos de toda tristeza
    o circunstancia sobre el cual no tenemos aun control.Con una gran sonrisa en los labios a todos mis hermanos les deseo un
    FELIZ NAVIDAD Y PROSPERO AÑO NUEVO!!!!

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