Donaciones de Buenos Aires fueron entregadas a los mby’á guaraní y aché guayakí

El sábado 24 de enero se procedió a la entrega a sus destinatarios de los donativos recolectados en Buenos Aires y Gran Buenos aires. Aunque es un verdadero drama, no vamos a relatar las carencias de nuestros hermanos aborígenes: hay que verlos…

Todo comenzó al día siguiente de la asunción de Fernando Lugo, cuando integrantes del Movimiento de Recuperación Institucional (Morei) del Deportivo Paraguayo visitaron el asentamiento de los mby’á guaraní, cerca de la ciudad de Abaí, y se dieron cuenta de las penurias por las que pasaban dicho aborígenes. La primera reacción que tuvieron fue volver al día siguiente con alimentos para ellos.

Quedaron tan impresionados por las necesidades por las que pasaba ese pueblo originario que decidieron poner en práctica – a su regreso a Buenos Aires – una cruzada solidaria para tratar de paliar -mínimamente- es situación.

Y se pusieron en campaña, convocando a todos – sin distinción de nacionalidades – para colaborar con estos hermanos. Así, el 2 de noviembre, hicieron un «aty guasú» (una gran reunión) en el Deportivo Paraguayo que tuvo la respuesta unánime de las personas de bien. Ahí, centenares de personas -generosamente- llevaron alimentos no perecederos, ropas, calzados, medicamentos y juguetes. Otros cooperaron con un bono contribución. Ese día estuvieron presentes dos representantes de los aché guayakí, quienes viajaron especialmente desde su lugar de origen.

Pero eso no quedó ahí. La recolección de donaciones se extendió por la zona de Quilmes y otros barrios del Gran Buenos Aires y Capital Federal, lográndose al final completar 90 cajas grandes, las que finalmente fueron enviadas a Asunción por las empresas Nuestra Señora de la Asunción y Yacyretá, las cuales, en gran gesto, no cobraron por sus servicios.

Desde Asunción se llevó la mercadería hasta Abaí con un flete contratado, descargándose en la casa de Ramón Ramírez Santacruz. Desde ahí nuevamente se tuvo que cargar en otro camión – también contratado – hasta la localidad de Cerrito, Caazapá, a 15 kilómetros de la ciudad de Abaí donde encontraban los mby’á y posteriormente a la colonia de Ypetimí, lugar de los aché guayaki, situada a 60km de distancia y cuya única vía de acceso son caminos de tierra colorada. Para los que no la conocen, Abaí se encuentra en el departamento de Caazapá, a 260 km. de Asunción, y a 130 de Ciudad del Este.

Pero lo principal es que las donaciones llegaron a las propias manos de las 27 familias beneficiadas de los nby’á guaraní y siete caciques aché guayakí, quienes se encargarán de la distribución entre los suyos.

Y todo se hizo en silencio, sin estridencias, como debe ser.Incluso se obvió la presencia de la prensa, porque lo que se hace de corazón no necesita de barullos, ruidos ni figuración. Pero nosotros fuimos testigos y es nuestra obligación rendir cuenta de lo actuado a la sociedad argentina y a la comunidad paraguaya residente en Buenos Aires y Gran Buenos aires. Y esto es apenas una síntesis, porque quedaron en el tintero vivencias enteras a relatar.

La delegación de Buenos Aires, alrededor de 20 personas, que viajó al Paraguay para hacer la entrega, lo hizo de manera voluntaria, corriendo por su propia cuenta el viaje y la estadía. Los que fueron desde Asunción hicieron lo mismo. Sin embargo, no los nombramos, porque sería injusto omitir a los cientos de personas que anónimamente han colaborado y participado; en suma, han hecho posible esta magnífica cruzada solidaria. A esa gente le decimos que puede sentirse satisfecha porque la misión ha sido cumplida. Pero esto no terminó. Seguramente habrá una segunda parte con el mismo propósito. Ahí estaremos…

Agradecimientos

  • Al dueño de Transportes Atlas, que transportó de la sede del Deportibo hasta la Terminal de Ómnibus de Retiro. Esta empresa también proporcionó desinteresadamente las cajas de embalaje.
  • A la Sra. Dora Migueli, gerente de Nuestra Señora de la Asunción que llevó la carga desde Retiro hasta Asunción.
  • Al Sr. César Rodriguez, presidente de Capasa y al Sr. Emiliano, chofer del vehículo que cargó con la mercadería desde Asunción hasta Abaí.
  • Al Sr. Papi Duarte, que puso el camión que condujo la mercadería desde Abaí hasta su destino final.

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