Corría el 30 de agosto de 1996 cuando nos enteramos quién había sido el “inventor de la hamaca paraguaya”. En aquel entonces, la cineasta Paz Encina tenía 25 años de edad y ella aún no sabía que haría el guión de la película-suceso fundamental de la cinematografía de nuestro país que, a su vez la tuvo de directora: “Hamaca Paraguaya”
El que nos reveló el nombre del “inventor”, como asimismo el del “Campeón Sudamericano de Lanzamiento de Sapucai”, fue Roberto Fontanarrosa quién fue homenajeado en la revista 56° aniversario del Club Atlético Deportivo Paraguayo, en una nota que decía -dice- lo siguiente:
El 19 de julio se cumplieron 10 años de la muerte Roberto Fontanarrosa, el coloso rosarino de las letras y el humor de la Argentina. En su memoria nuestra institución, publica ahora una nota escrita por él en el año 96 que, por su título, muchos creíamos que se refería a Idalino Monges, el jugador de Independiente de Avellaneda..
‘IDALINO ANUNCIA SU GRITO BRAVÍO’
Idalino Montiel es “Campeón Sudamericano de Lanzamiento de Sapucai’, el bravío alarido guaraní. Afirma ser sobrino nieto de Cecilio Anahí Aceval, inventor de la hamaca paraguaya, genialidad que se le ocurrió observando la distancia que mediaba entre dos árboles. Y Montiel está en Buenos Aires dado que la Federación Internacional de Gritos Bravíos (que reconoce, entre otros, al criollo «Huija» y al muy texano «Yeahwoopie») le ha financiado el viaje para que esté presente en el Monumental el domingo, presenciando el partido.
En el encuentro ante Uruguay -rememora Idalino- para festejar nuestra victoria, lancé un sapucai que alcanzó los 8 minutos de duración; Match 3 en la escala de Ritcher; a solo 2 segundos del récord mundial». Montiel, a quien llaman en Asunción «El Pavarotti de Caapucú», anuncia que lanzará a los vientos su estridente sapucái apenas aparezca por el túnel el primer jugador visitante.
«Y luego -agrega entusiasta- lo haré en cada ocasión en que Chilavert esté a punto de ejecutar un tiro libre». La perspectiva es inquietante, ya que ha trascendido que el arquero paraguayo practica sus disparos en Asunción, pero ejecutándolos desde Ibycuí, localidad a una punta de kilómetros más al sur.
Lo que muchos ignoran es que Passarella ya tomó precauciones para resguardar a su arquero Burgos: estudió exhaustivamente durante toda la semana la posición de la barrera en los saques de arco desde la valla guaraní.
