11 de octubre: Día del Poeta Paraguayo

La fecha 11 de octubre fue instituida en 1971 por el Ministerio de Educación y Cultura del Paraguay en homenaje a Natalicio Talavera, considerado como el primer poeta paraguayo de la época independiente.

Nació en Villarrica del Espíritu Santo, el 8 de setiembre de 1839 y falleció a los 28 años, el 11 de octubre de 1867 en plena Guerra contra la Triple Alianza, víctima del cólera. Este soldado y escritor  nació el 8 de septiembre de 1839 y falleció a los 28 años -1867- durante la Guerra contra la Triple Alianza víctima del cólera  y sus escritos cumplieron el rol de enardecer el ánimo para la batalla.

“La poesía es la música del alma” decía Manuel Ortiz Guerrero. Y Edgar Allan Poe «La poesía no es un propósito, sino una pasión

Una pasión que cada paraguayo lleva muy dentro suyo y que ha tenido y tiene importantes cultores en todo el mundo.

Pero hoy, además de recordarnos del primer poeta, queremos mencionar otros valores que ha dado el Paraguay: Emiliano R. Fernández, reconocido en su país como el mayor vate bilingüe, con fecunda producción poética y el insigne Manuel Ortiz Guerrero, el inmortal “Manú”. Obviamos, por razones de espacio, la inmensa nómina de poetas que residen en nuestra tierra.

Elvio Romero
Elvio Romero

Y en Buenos Aires, es insoslayable nombrar Elvio Romero, el exiliado de su país pero no de su cultura- constituyéndose desde Buenos Aires como el más grande poeta paraguayo en lengua castellana y acreditado internacionalmente como tal. Seguidor de sus profundas huellas, actualmente vive y escribe en Buenos Aires un caazapeño, oriundo de Abaí: Gilberto Ramírez Santacruz, autor de varios libros de poemas además de otras obras de cuento e historia.

Entre otros destacados poetas paraguayos que residen en Bs. As. encabeza la serie Carlos Federico Abente, seguido de Trigidio González Candia, Amado Trinidad, Migdonio Soto López, Rubén Fernando Paiva, Atilio Vega, Nicasio Cardozo, Toti Rodríguez y Proto Vega. Aunque, seguramente, nos olvidamos de muchísimos valores.

Una fecunda pléyade de poetas femeninos ha cultivado y cultivan en Buenos Aires, el don de la palabra trasuntada en sentidas poesías. Haciendo memoria de esas damas que optaron por construir la belleza como causa suprema, recordamos a Claris Mandy, Isabel Aguinagalde, Susana Vera Cabalero, Norma Ayala, Victorina Giménez, Clara Flores Sánchez. Claro está que, casi con seguridad, no nombramos a muchas otras.

EL PODER DE LA PALABRA

    Si digo pan

y mi poema no convoca

a los hambrientos a la mesa,

es porque la palabra ya no sirve

y la poesía exige otro lenguaje.

     Si digo amor

y mi poema no provoca

una tormenta de besos y canciones,

es porque la palabra perdió su magia

y la poseía debe buscar una nueva voz.

     Si digo vida

y mi poema no revienta

un alba de luceros y primaveras,

es porque la palabra quedó sin dioses

y la poesía debe estar al servicio del hombre.

     Si digo libertad

y mi poema no revoluciona

la conciencia de los sedientos de paz,

es porque la palabra dejó de ser instrumento

y la poesía está obligada a cambiar de poetas.

   Gilberto Ramírez Santacruz (extraída de “Poemas y Canciones de Amor y Libertad, editorial El Lector, 1987)

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