Nacionalidad Paraguaya póstuma al argentino Juan Bautista Alberdi

El diputado Sebastián Acha (PPQ-Capital), presentó el Proyecto de Ley, que concede la nacionalidad paraguaya, honoraria en carácter póstumo al ilustre jurisconsulto Juan Bautista Alberdi, natural de la República Argentina.

Este proyecto cuenta con la aprobación de la Cámara de Senadores. Es importante mencionar que la Comisión de Asuntos Constitucionales introdujo una modificación que consiste en autorizar a la Municipalidad de San Lorenzo a erigir un monumento nacional del ilustre prócer Juan Bautista Alberdi en el predio de la Universidad Nacional de Asunción (UNA), de dicha ciudad. El mencionado proyecto de Ley fue remitido al Senado para su consideración. «Es un acto de justicia honrarlo en el mes del Bicentenario de la Nación Argentina, nos estamos retribuyendo con la hermana Nación, una serie de gestos y actos políticos, es justicia otorgarle a Juan Bautista Alberdi la nacionalidad paraguaya póstuma, porque ha defendido la causa paraguaya y ha atacado con fiereza y dureza en su propio país», señaló el diputado Acha.

Juan Bautista Alberdi, político, jurista y escritor argentino, fue el inspirador de la Constitución Nacional Argentina y uno de los más grandes pensadores de su país. Nació en Tucumán el 29 de agosto de 1810. Murió en Nueilly-Sur-Seine, cerca de París, el 19 de junio de 1884. Sus restos fueron repatriados en 1889 y descansan en el cementerio de la Recoleta en la capital del plata.

Al producirse la Guerra del Paraguay, propiciada y conducida por Mitre con el apoyo del capital inglés, Alberdi, como José Hernández y Guido Spano, apoyó decididamente la causa paraguaya y acusó a Mitre de llevar adelante una «Guerra de la Triple Infamia» contra un pueblo progresista y moderno. Escribirá entonces: «Si es verdad que la civilización de este siglo tiene por emblemas las líneas de navegación por vapor, los telégrafos eléctricos, las fundiciones de metales, los astilleros y arsenales, los ferrocarriles , etc., los nuevos misioneros de civilización salidos de Santiago del Estero, Catamarca, La Rioja, San Juan, etc., etc., no sólo no tienen en su hogar esas piezas de civilización para llevar al Paraguay, sino que irían a conocerlas de vista por la primera vez en su vida en el «país salvaje» de su cruzada civilizadora»..

“Si la guerra moderna es hecha contra el gobierno del país y no contra el pueblo de ese país, ¿por qué no admitir también que la guerra es hecha por el gobierno y no por el pueblo del país en cuyo nombre se lleva la guerra a otro país?” escribió en uno de sus libros.

Y en otro: “Para gobernar a la República Argentina vencida, sometida, enemiga, la alianza del Brasil era una parte esencial de la organización Mitre-Sarmiento; para dar a esa alianza de gobierno interior un pretexto internacional, la guerra al Estado Oriental y al Paraguay, viene a ser una necesidad de política interior; para justificar una guerra al mejor gobierno que haya tenido el Paraguay, era necesario encontrar abominables y monstruosos esos dos gobiernos; y López y Berro han sido víctimas de la lógica del crimen de sus adversarios

Alberdi dirá desde Paris: “A las ofertas de una libertad interior – adujo – de que el Paraguay no sospechaba de estar privado, su pueblo ha respondido sosteniendo a su gobierno, con mas ardor y constancia a medida que le veía más debilitado y más desarmado de los medios de oprimir, y a medida que veía a su enemigo más internado en el país y más capaz de proteger la impunidad de toda insurrección. El Paraguay ha probado de este modo al Brasil que su obediencia no es la del esclavo, sino la del pueblo que quieres ser libre del extranjero”

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