Carta de un paraguayo del año 2117

 

 

por Enrique Cosp (*)

En el primer día de este nuevo año, decidí escribir una carta y enterrarla, para que algún día la lea alguien del futuro. Al día siguiente pensé que era una idea tonta y decidí desenterrarla, pero para mi sorpresa, mi carta ya no estaba y en su lugar había otra. Había sido escrita por alguien que aseguraba ser del año 2117, y si bien iba dirigida a mí, quedé con la sensación de que su contenido estaba dirigido a todos los paraguayos que hoy estamos vivos. Por lo tanto comparto esa carta aquí abajo.

LA CARTA

Amigo:

 Encontré tu carta unos cien años después de que la escribiste. Te la estoy respondiendo en el 2117. Ya sabía mucho sobre tu época antes de leer tu carta, gracias a libros y documentales, pero encontré especialmente interesante el poder leer el testimonio de alguien que conoció esos años desde la experiencia personal. Quiero devolverte el favor, contándote alguna que otra cosa sobre el Paraguay del presente (del futuro, desde tu perspectiva).

 Podría sorprenderte lo mucho que cambiamos y avanzamos los paraguayos en el transcurso de un siglo, vivimos en un país radicalmente diferente. Ustedes en el 2017, viven en un país con una infraestructura deficiente, en la que la construcción de un viaducto o la ampliación de una ruta constituyen las obras públicas más destacadas. También viven en un país que devora los pocos bosques que le quedan, depreda especies en peligro de extinción, contamina las aguas de sus ríos y tiene poco interés en la conservación del medio ambiente.

Nosotros en cambio, en el 2117, vivimos en un país en el que podemos hacer el trayecto Asunción-Ciudad del Este en tren, en menos tiempo del que se necesitaba en tu época para ir de Asunción a San Lorenzo en hora pico, y en el camino podemos disfrutar un magnífico paisaje, ofrecido por los exuberantes bosques que cubren Caaguazú y Alto Paraná, con sus millones y millones de hectáreas reforestadas y estrictamente conservadas.

 Ahora vivimos en un país bastante tranquilo y seguro. Aún existe el ocasional crimen aquí y allá, pero los asaltos, asesinatos y hechos de violencia en general, son escasos. Fuimos beneficiados con la continuación de una tendencia casi ininterrumpida hacia el declive de la violencia, que ya viene desde hace mucho tiempo, incluso del momento que ahora estás viviendo. Antes de que quieras objetar mi afirmación de que el declive de la violencia se puede rastrear incluso hasta tu época, me adelanto y te pongo el siguiente dato como ejemplo: en el 2004, hubo 1209 asesinatos en el país, y en el 2014, 578 asesinatos. Por lo tanto podrás ver que, en tan solo una década, los homicidios cayeron a menos de la mitad, a pesar de que la población aumentó en esos 10 años. Si se pudo observar semejante caída en la violencia en tan solo unos pocos años, ¡imaginá lo mucho que disminuyó en 100!

En tu Paraguay, más o menos 1 de cada 5 paraguayos se encontraba en situación de pobreza. En el Paraguay en el que yo vivo, limpiavidrios, mendigos, sin techos, campesinos sin tierras y niños trabajando en las calles, son postales de un pasado que nos enorgullece haber dejado atrás. La vida de un paraguayo en el 2117, es un himno a la prosperidad. Alimentación, vivienda, trabajo, educación, acceso a servicios de salud, cosas que en el 2017 eran preocupaciones constantes, inaccesibles para muchos, hoy son cosas que damos por sentado, están garantizadas. Se vive bien en las ciudades y se vive bien en el campo (aunque ya muy poca gente vive en el campo).

 Ahora, a diferencia de otros tiempos, Paraguay no ve a sus hijos e hijas salir de sus fronteras por necesidad. ¿Cuántos paraguayos fueron alguna vez a otros países buscando trabajo, o mendigando la atención médica que no recibían en la tierra que los vio crecer? Ya no más. Si hay una necesidad que empuja a alguien de Paraguay a ir a otro país, es solo la de conocer nuevos colores, nuevos sonidos, nuevas personas y experiencias, que solo pueden conocerse dando vueltas sobre este gran hogar común al que llamamos planeta Tierra.

 Y hablando de hogar común, los habitantes del planeta al fin adquirimos mayor identidad como especie, lo que nos llevó a asignarle más valor a nuestros intereses en común y menos a nuestros conflictos. La guerra es un fenómeno casi inexistente en el mundo. Todavía nos dividen fronteras nacionales, pero cada vez menos. El crimen organizado, las crisis medioambientales y los problemas de la modernidad, no reconocen jurisdicciones ni fronteras cuando se trata de golpearnos, por lo que los pueblos del mundo hemos decidido, defendernos mutuamente de los peligros comunes que amenazan nuestra felicidad.

 Probablemente te cuesta creer lo que mencioné, lo cual no me extrañaría. Las personas de 2017 a menudo se dejaban llevar por su prensa sensacionalista, que para vender más les saturaba con sangre y malas noticias. En 2017, la gente -en todo el mundo, no solo en Paraguay-, era mucho más exigente que la de las generaciones que estuvieron antes, conformándose cada vez menos con lo que tenían, protestando cada vez más por lo que les faltaba. Esto provocó en ustedes, nuestros antepasados, la sensación de que estaban en el peor momento de la historia, a pesar de que estaban en el mejor (hasta ese entonces). Es por todo eso que te cuesta creer lo que te digo, ¡pero todo esto es cierto!

 Supongamos que vos le escribas a alguien que vivió un siglo antes que vos, contándole sobre el mundo del 2017. Una mujer de 1917, que no tenía ni siquiera derecho a votar, y que dependía jurídicamente de su marido, ¿te creería que en el 2017 las mujeres votan, manejan empresas, son parlamentarias, ministras, embajadoras, que son iguales al varón ante la ley, etc.? ¿Te creería un hombre de 1917, que vivía en un país azotado por frecuentes cuartelazos y revoluciones en las que los paraguayos resolvían sus diferencias políticas a balazos, que tu generación no conoce la guerra de primera mano y que la última guerra civil fue hace 70 años? ¿Te creerían los compatriotas de 1917, que en su mayoría no tenían teléfono ni electricidad, que en el Paraguay que vos conoces, millones de paraguayos tienen acceso a una tecnología que les permite hablar, escribirse e intercambiar imágenes con personas alrededor de todo el mundo, de manera instantánea? Probablemente no.

 La corrupción, pobreza y decadencia que infectan los años que te corresponden vivir, ponen a prueba el espíritu de un pueblo. Hacen que el progreso sea más difícil, pero a la vez más glorioso. ¿Cuál sería el mérito del individuo y su sociedad, si alcanzaran la prosperidad del Paraguay de 2117, solamente debido a la ausencia de problemas? El Paraguay de 2117, ha proporcionado dicha y bienestar universal a su gente, no porque nunca tuvo problemas, sino porque previamente superó cinco siglos repletos de ellos, he ahí su gloria y su mérito.

Esta victoria va a ser, sin embargo, agridulce para vos y millones de tus contemporáneos. El destino ineludible de nuestra raza mortal, te alcanzará a mitad de camino, vas a morir antes de que esta visión se cumpla. De hecho, esta mañana, antes de escribirte esta carta, visité tu tumba en el cementerio, y le puse flores. Que esto no te arrastre hacia el desánimo, encontrá consuelo y hasta entusiasmo al saber, que en el camino vas a poder ver al menos la sombra del Paraguay de 2117, vas a tardar en darte cuenta, vas a ponerte ansioso con la impaciencia, pero allí, en algún momento, te vas a dar cuenta del tremendo avance que se vino con el paso de las décadas. Encontrá regocijo también sabiendo, que lo que no vas a llegar a ver por falta de tiempo en este mundo, lo van a ver y disfrutar los que van a venir después de vos, entre ellos mi abuelo, que justamente nació (va a nacer, desde tu perspectiva), en el 2017.

Seguro que querés saber más sobre el Paraguay que vendrá dentro de un siglo. ¿Cómo exactamente se va a lograr todo esto? ¿Cómo se llaman los presidentes que van a venir en el transcurso de los próximos 100 años? ¿Ya ganó Cerro una Libertadores? ¿Sigue existiendo la Libertadores? Me gustaría contarte todo eso y más, pero no estoy autorizado, decir mucho sobre el futuro a alguien del pasado puede ser inapropiado y hasta peligroso, así que mi mensaje termina y aquí me despido.

Gracias por los esfuerzos y sacrificios de tu generación. El Paraguay del futuro es hermoso, y me gustaría que estés aquí para verlo.

Un paraguayo de 2117.

(*) reflexiopolis.wordpress.com

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Comments

  1. ¡La fantasía futurista que a todos nos involucra… pero el Dr. Eligio Ayala, en 1915, también escribió una carta sobre aquel Paraguay de entonces! Cien años después poco hemos cambiado… tan sólo las gotitas que se logra por la inercia del necesario adelanto industrial del mundo… pero muy poco en lo que respecta al Paraguay!!!

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