Gracias al hallazgo de una bomba de explosivos en los muros del penal de Tacumbú, que supuestamente sería usado para una fuga, se descubrió que el brasilero Jarvis Chimenes Pavão, condenado a ocho años de prisión por lavado de dinero en 2009, vivía desde ese año en una celda con todas las comodidades y bajo la complicidad comprada de altos funcionarios
La celda constaba de tres habitaciones, sala de conferencias, una televisión plana de plasma, una biblioteca, un baño privado y una cocina, que sirvieron de suntuoso albergue al brasileño y estaba ubicada sobre la misma dirección de la Penitenciaría Nacional. Además de una ubicación privilegiada, tenía vista a la calle
Considerado como uno de los narcotraficantes más peligrosos de la región y heredero del otrora poderoso Fernandinho Beira Mar, preso en una cárcel de máxima seguridad en Brasil, Chimenes Pavão fue acusado como supuesto autor intelectual del crimen en junio de un conocido empresario, Jorge Rafaat, en la frontera con Brasil
“No sé qué va a ser de nosotros sin él”, dijo uno de los prisioneros que no quiso identificarse al afirmar que Pavão era generoso y daba fondos para arreglar la cancha de fútbol y la capilla de la cárcel, también pagaba por su seguridad adentro del penal. Josieux, un brasileño preso, admitió que en el penal “se vive en la miseria” fuera del pabellón de Chimenes Pavão. En Tacumbú hay unos 3.500 internos, el doble de su capacidad
Por este hecho, Carla Bacigalupo, ministra de Justicia del Paraguay, fue destituida por el presidente de la República, Horacio Cartes. Ever Martínez fue designado para el cargo en el Ministerio
