Talento intacto

Chava Cabañas jugó apenas 18 minutos, primero con América, después con Paraguay, recibió pases, los dio y hasta remató a gol; el futbolista que fue ahí sigue, en su indomable mentalidad triunfadora.

Los 18 minutos que estuvo Salvador Cabañas en la cancha del Azteca serán inolvidables para el delantero guaraní y para una afición azulcrema que le rindió el homenaje que le debía. Chava disputó 8 minutos con la playera del América y 10 conla de Paraguay en el encuentro amistoso realizado en su honor y que culminó con un cero a cero.

Una tarde inolvidable para un referente de las Águilas, que ayer, después de 1 año, 6 meses y 21 días volvió a vestirse de jugador del América y no sólo eso. Con ambas camisetas dio pases y hasta disparó a gol, justo antes de ser reemplazado. Esos minutos valieron más para los 27 mil asistentes que se dieron cita al Azteca, que los 115 partidos y 66 goles que marcó en la Liga con la playera azulcrema.

Antes, Cabañas recibió el cariño de la directiva de los de Coapa, con Michel Bauer, y la playera de la selección guaraní de parte de sus amigos Darío Verón y Paulo da Silva. Escuchó a un sacerdote dar gracias a Dios por su salud y Vicente Sánchez le entregó la cinta de capitán.

Carlos Reinoso, como lo prometió, jugó con su mejor 11 disponible, con Cabañas como centro delantero, pero apenas duraron 17 minutos en la cancha, cuando El Maestro realizó cinco movimientos para quitarle cualquier indicio de seriedad al partido. Tampoco le sirvió a Francisco Arce para su debut como técnico de Paraguay, ya que su equipo apenas mostró detalles con un plantel muy disminuido.

Tras los ocho minutos de Cabañas en el primer tiempo y del desajuste por los cambios, los visitantes tuvieron dos llegadas al marco, una en la que Óscar Cardozo no pudo controlar y otra de Enrique Vera, cuyo remate con la cabeza salió a un lado.

Reinoso aprovechó para probar a Renato González como titular y ver a los jóvenes, como Ademar Rodríguez, George Corral y Hugo González. Las Águilas tuvieron más el balón, pero su primer tiro a gol tras el de Chava al8’, fue el de Corral al38’ muy desviado.

Las emociones no estaban en la cancha, sino en la banca, con la imagen de Cabañas siguiendo el partido, a unos metros de la cancha donde se consagró. En el medio tiempo, El Mariscal dio una vuelta para recibir los aplausos de una afición que aún suspira por sus goles.

Para el complemento, Chava volvió al campo, con la playera rojiblanca de su país. Dio algunos pases y remató al arco, pero el gol no llegó. Paraguay también movió su plantel e intentó un poco más al ataque. Es poco tiempo para ver la mano de Arce en este equipo, más preocupado por el recuerdo dela Copa América y los encuentros de Liga que los jugadores disputarán el fin de semana.

Acuña dejó ir una frente al marco, pero el 0-0 se quedó hasta el final, con dos equipos que tenían ganas de rendirle tributo a Cabañas, pero no de disputar un partido. La gente se divirtió molestando a Miguel Layún, abucheando a Verón y cantándole a su ídolo, que vio los últimos minutos del encuentro en un palco junto a su familia.

Chava tuvo su tarde de gloria, esa en la que la gente festejó su regreso a las canchas, tras haber estado cerca dela muerte. Presenció un verdadero milagro en el Azteca, el de ver la playera 10 del América con el apellido Cabañas en la espalda y el guaraní rematando a gol.

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