La Comisión de Asuntos Migratorios y Desarrollo, que encabeza la diputada Esmérita Sánchez, se halla trabajando en los detalles que hacen a la coordinación del 5to. Congreso de la Migración Paraguaya, que se realizará el próximo 18 de agosto. En principio estaba programado para el 10 de junio.
Los trabajos de preparación para el importante evento se llevan a cabo, en conjunto, con la Coordinadora Permanente del Congreso de la Migración Paraguaya, organización que es una de las principales impulsoras del congreso. Según comentaron los miembros del bloque asesor, se están desarrollando gestiones ante organismos gubernamentales y no gubernamentales, a fin de obtener apoyo para la realización del trascendental evento que tendrá lugar en la Sala Bicameral del Congreso.
Los organizadores esperan contar con la mayor cantidad posible de representantes de asociaciones de compatriotas que residen en el extranjero.
Indicaron que esto será fundamental para cumplir con los objetivos del congreso, como instalar, en la agenda pública, la necesidad de un análisis, debate y discusión sobre las propuestas que apunten a mejorar la realidad de los migrantes. Todo esto, a fin de consensuar políticas integrales para el sector, de acuerdo a las explicaciones brindadas por los coordinadores de esta quinta edición del Congreso de la Migración Paraguaya.
Cabe señalar, finalmente, que fueron invitados a participar diferentes instituciones públicas y privadas; organizaciones civiles que aglutinan a connacionales residentes en el extranjero; asociaciones que reúnen a inmigrantes en nuestro país; y las autoridades nacionales
Nota de Redacción
Los impulsores de este supuesto quinto Congreso, escudados bajo el pomposo título de “Congreso Permanente de la Migración Paraguaya,” no tienen representatividad alguna en el extranjero. La actual convocatoria está motorizada fundamentalmente por el representante del exterior en el Directorio del Partido Liberal Radical Auténtico (P.L.R.A) apoyado por el Frente Guasú (FG) y que ahora han logrardo ser apadrinados por la Comisión de Asuntos Migratorios y Desarrollo, creado hace poco tiempo para incrementar -aún más- la ya frondosa burocracia de la Cámara de Diputados.
La Coordinadora Permanente del Congreso de la Migración Paraguaya es un engendro inventado y derivado del Primer Congreso de la Migración Paraguaya en el Paraguay, realizada en el mes de Julio de 2008, que fue en realidad el ÚNICO Congreso válido de la migración paraguaya en el exterior dado que dicha iniciativa fue la ÚNICA propulsada por los “paraguayos de afuera” organizados.
Ahora la inexistente Coordinadora Permanente, invocando la representatividad de todos los paraguayos residentes en el exterior, propicia un quinto congreso. Recordemos, además, que la “coordinadora fantasma” –denominación como también se la conoce- se arrogó el derecho de propiciar la convocatoria de otro tres “Congresos de la Migración Paraguaya”, deliberaciones que sólo han servido para dilapidar fondos del gobierno –del pueblo- paraguayo.
Hasta hoy –y quién sabe hasta cuando- los compatriotas que viven en el extranjero NO TIENEN DERECHO AL VOTO, pese a que dicho derecho ya está consagrado en artículo 120 de la Constitución de nuestro país pero que hasta la fecha no ha sido incluido en el Código Electoral del Paraguay (Ley 834/96) que aún mantiene sin modificar la discriminación existente en el artículo 2 de dicha Ley que SOLO PERMITE votar a los paraguayos que habitan DENTRO del territorio nacional.
La implementación de nuestro derecho cívico electoral debería ser el primer punto en la agenda de reclamos de los paraguayos de afuera y no una simple enunciación de otros temas sin importancia o una mera expresión de deseos intrascendentes como son habituales en las “declaraciones institucionales”, a la que son tan afectos los que oxigenan este tipo de eventos.
Pero ellos, los integrantes de la supuesta Coordinadora Permanente, no son los únicos culpables de esparcir la falacia de su representatividad. También son cómplices, con su silencio tolerante, las organizaciones paraguayas radicadas esparcidas en el mundo entero que optan por “dejar hacer, dejar pasar” y se dejan utilizar por estos escasos pero verdaderos mercaderes de la fe y confianza pública.
